La ministra de Cultura, Teresa Parodi, consideró hoy que “la recuperación de los símbolos patrios es parte de una política de Estado”, tras la ceremonia en la cual la presidenta Cristina Fernández de Kirchner depositó el sable corvo del Libertador José de San Martín en el Museo Histórico Nacional.
“En el Museo Histórico Nacional sólo faltaba el sable de San Martín. Es el lugar donde se encuentra la mayor parte de las pertenencias del Libertador, por decisión de sus descendientes. Recuperar los símbolos patrios es parte de una política de Estado”, apuntó Parodi en un comunicado.
La funcionaria definió al cortejo de la Guardia de los Granaderos a Caballo que acompañó el sable hasta el Museo ubicado en Parque Lezama como “un hecho conmovedor que contó con una gran adhesión popular”.
“La gente siguió el traslado en las calles; con los chicos saludando a los Granaderos que siempre despiertan una gran emoción. Como dice la Presidenta ‘tenemos Patria’ y hemos recuperado una parte de nuestra historia”, sostuvo.
La ministra celebró que después de 48 años el sable vuelva al Museo nacional y que sea recibida por la presidenta de la Nación en el marco de “un festejo popular”.
El acto fue seguido desde los jardines del Museo por miembros del gabinete nacional y funcionarios como el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; el canciller Héctor Timerman, el ministro de Defensa, Agustín Rossi; la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo; el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, e intendentes del conurbano.
Al finalizar la ceremonia, se abrieron las puertas para que ingrese la gran cantidad de público que esperaba en el Parque Lezama.
El sable es el arma que acompañó a San Martín durante la Guerra de la Independencia y que legó a Juan Manuel de Rosas. Fueron sus descendientes quienes decidieron donarlo al Estado Nacional, en 1897, bajo la custodia del Museo Histórico Nacional.
Durante casi siete décadas, el sable fue exhibido en una sala del museo y en los años ’60, el arma del Libertador adquirió un protagonismo inesperado.
Durante la proscripción al peronismo, el corvo fue apropiado en dos oportunidades por integrantes de la Resistencia Peronista.
El objetivo de esas acciones era marcar la línea histórica que unía a San Martín, Juan Mnuel de Rosas y Juan Domingo Perón, y en 1967, el dictador Juan Carlos Onganía le quitó al museo la custodia del arma.
(Fuente: Nacional Calafate.)
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