María es dueña de una casa en la provincia de Buenos Aires. La alquilaba a un matrimonio que mantenía capturada a una joven boliviana a quien explotaban laboral y sexualmente. Al enterarse, la vecina de El Calafate alertó a la Policía. La pareja explotadora está detenida y la víctima se recupera en un hospital.
La acción decidida de una mujer boliviana, vecina de El Calafate, logró rescatar a una joven compatriota suya de la esclavitud y abusos a los que era sometida.
El caso ocurrió el 17 de abril pasado pero se conoció días atrás a través de un trabajo de las periodistas María Florencia Alcaraz y Melisa Marturano, publicado en el portal Infojus.
María Flores, vecina de El Calafate, tiene una propiedad en el partido de La Matanza, (pcia de Buenos Aires) que alquilaba a un matrimonio, también de bolivianos.
Lo que no sabía la mujer es que desde hace tres años, su casa se había transformado en la prisión de Rosa, la joven de 23 años que había llegado a la Argentina con la promesa de un trabajo próspero, que le permitiera ayudar a su familia, tras la muerte de su padre.
Abdón Cali Saya y Eliana Pairo Velardes le abrieron la puerta de esa casa de la que no pudo salir más. A la chica la obligaban a trabajar en el taller textil clandestino que montaron. Pero además el hombre constantemente la sometía a castigos y abusos sexuales. La mujer explotadora también la violaba como represalia, justificando a su marido y diciéndole que ella (la víctima) era quien lo provocaba.
Desnutrida, maltratada y violada pasó los últimos meses la joven, hasta que un día llegó María Flores desde El Calafate, para cobrar el alquiler personalmente.
María ya conocía a Rosa y en el último tiempo no la había visto más. Preguntó al matrimonio sobre ella y le dijeron que ya no estaba. Sin embargo la mujer vecina de El Calafate sospechó, indagó hasta que pudo verla a la joven, atada a una silla y en pésimas condiciones.
Sus captores la habían rapado, lo que para la joven resultó ser la peor herida en los tres años de cautiverio. Es que en la comunidad aimara a la que pertenece, son las adúlteras las sometidas al castigo de cortarles el cabello.
Junto con otro vecino, María alertó a la policía de Villa Celina, y el último 17 de abril, un allanamiento rescató a Rosa de la oscuridad del encierro.
Ella se encuentra actualmente rehabilitándose en el Hospital de La Matanza, mientras que sus captores ahora están detenidos.
La periodista María Florencia Alcaraz, autora de la nota y una de las impulsoras de la reciente marcha “Ni una Menos”, dialogó con FM Dimensión, dando detalles de este caso, y al mismo tiempo destacando la actitud de compromiso de la vecina de El Calafate, gracias a la que se pudo rescatar a la joven de una casi segura muerte. “Su preocupación y su solidaridad hizo que Rosa pudiera salir del infierno que vivió durante tres años”, manifestó la colega.
Testimonio de María Florencia Alcaraz
(Fuente: Ahora Calafate.)
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