Francisco instó a buscar “soluciones” a las guerras y persecuciones en Medio Oriente, que entre otros sufren los cristianos y demás minorías, y se lamentó por lo que consideró incapacidad de “los poderosos de este mundo” para encontrarlas.
Este contundente alegato lo realizó el Pontífice al recibir en el Vaticano al patriarca sirio ortodoxo de Antioquia, Mor Ignatius Aphrem II, y recordó que “su Iglesia ha sido siempre una Iglesia de mártires desde el inicio hasta ahora”.
“En Medio Oriente, donde se continúa sufriendo, junto con otras comunidades cristianas y otras minorías, los terribles sufrimientos provocados por las guerras, la violencia y las persecuciones. ¡Cuánto dolor!…¡Cuántas víctimas inocentes!” lamentó Francisco.
En ese contexto, puntualizó que “parece que los potentes de este mundo sean incapaces de encontrar soluciones”, para luego invitar al patriarca a “rezar juntos” por las víctimas de esta “feroz violencia y por todas las situaciones de guerra en el mundo”.
En su discurso recordó “al metropolitano Mor Gregorios Ibrahim y al metropolitano de la Iglesia greco-ortodoxa Paul Yazigi,
secuestrados desde hace más de dos años y a otras personas que también han sido privadas de su libertad” en esas zonas.
“Pidamos al Señor la gracia de estar preparados para el perdón y a trabajar por la reconciliación y la paz”, agregó el Papa, quien además aseguró que “la sangre de los mártires es semilla de unión para la Iglesia”, citó la agencia de noticias EFE.
En el marco de ese espíritu ecuménico, Francisco postuló a que “en estos momentos de dura prueba y dolor”, se estrechen los lazos de unión entre la Iglesia católica y la siria ortodoxa y relanzó su augurio de que un día se pueda llegar “a la pertenencia a una única Iglesia”.
(Fuente: Télam.)
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