Andrea Bracamonte, una de las referentes del deporte adaptado hizo su aporte para la concientización de la inclusión de personas discapacitadas. Junto a su compañero, y también instructor de chicos discapacitados, Fabián García, navegó frente al glaciar.
Andrea Bracamonte está en silla de ruedas desde 1994, cuando al sufrir un accidente automovilístico en una autopista, se le estallaron tres vertebras de sus columna. Tenía 22 años.
Para ella y su familia, la notica que no volvería a caminar fue un fin, pero también un traumático comienzo de algo que aún parece estar en sus inicios y que llevará a la deportista solo hasta donde ella lo quiera.
Como parte de la recuperación se inició con la natación. Luego le siguió la experiencia del básquet en silla de ruedas, integrando la selección nacional y jugando los panamericanos de Brasil y Guadalajara.
Mientras jugaba para un equipo de Río Negro conocía al periodista deportivo Santiago García y este le hablaba de la regata mas larga del mundo, consistente en bajar el río Negro.
A su vez, en La Pampa, Fabián García, volvía a su vida deportiva después de dedicarse solo a sus trabajos, y haber engordado mas de 40 kilos. De nuevo en su línea comenzó a trabajar con chicos discapacitados, enseñándoles la actividad del canotaje, cosa que realiza en la actualidad.
Andrea y Fabián se unieron como equipo, y ya participaron dos veces de la regata del río Negro, una competencia de 300 kilómetros organizada para deportistas convencionales, siendo Andrea Bracamonte la primera discapacitada en participar.
La mujer tiene limitaciones físicas para practicar el canotaje. No tiene movilidad en músculos inferiores y entre otras cosas no puede realizar movimientos de caderas. Solo mueve sus brazos, por lo que necesita de un corsé que la fije al bote y de un compañero que ayude.
Bracamonte llegó a El Calafate acompañada de Santiago y Fabián García. Los tres dieron testimonio en las jornadas organizadas por el grupo “Inclusión”, cuando el sábado a la mañana estuvieron en el CIC del barrio cerro Calafate. Antes habían visitado la escuela Nuestra Señora de la Patagonia, donde la mujer jugó al básquet con los chicos.
El domingo a la mañana la dupla Bracamonte – García remó frente al glaciar Perito Moreno, con la asistencia de guías locales, entre elos Carlos Durazno que enseña la actividad naútica.
Esta vez no fue competencia y ocurrió sin mayores desafíos en el agua. El glaciar esperó con una temperatura de unos 8 grados y cielo nublado.
Vistiendo una remera verde que identifica al grupo local “Inclusión”, la deportista cumplió su “sueño”, e hizo lo que mas le gusta frente al glaciar Perito Moreno, como lo había pensado alguna vez.
El abrazo con sus compañeros escondió las lágrimas de emoción de la mujer que no acepta ser nombrada como “ejemplo”, pero que sabía muy bien cuál era su tarea.
“He remado en lugares maravillosos. He soñado este lugar. Me emociona no solo el lugar, sino la causa por la que se está remando”, le dijo a Ahora Calafate.
Ella ahora enfrenta el argentino de remo y competencias que podrían darle la posibilidad de ir a los olímpicos, eso sí, todo con mayor sacrificio que un deporte convencional.
Bracamonte es empleada administrativa en la provincia de Buenos Aires, y no duda en decir que sus sueldos los vuelca a su actividad deportiva.
Andrea vino a El Calafate a ayudar a generar conciencia que los discapacitados pueden hacer deporte e incluso de alto nivel, como parte de una verdadera inclusión social de personas con capacidades motrices reducidas.
(Fuente: Ahora Calafate.)
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