Como en la primera edición del año anterior, el calafateño participó de la edición 2015 donde en su categoría terminó 21ero con un tiempo de 8h 43m 48s. El propio corredor escribió la crónica de su carrera para AHORA CALAFATE donde a su vez tiene unas palabras para el corredor fallecido en la carrera.
Mi clásica tostada con Nutella y un café caliente me daban ese toque de dulzura que te despierta en las mañanas (aunque en mi caso, aún era noche). Una vez que salí de la ducha caliente, me volví a poner frente a todo el equipo que dejé listo la noche anterior (otra vez chequeado y rechequeado, esta vez, 2 veces). Ya que no quería otra sorpresa en medio de la carrera, como me ocurrió en Junio. En esta carrera, no había posibilidad de dejar bolsos con material, dada la distancia (relativamente “corta”) y otra, la inaccesibilidad de los sitios a donde llegaríamos. Por eso, la mochila iba cargada con suficiente líquido para llegar sin problemas hasta el 2do puesto de hidratación. Y también la había cargado con el alimento que creía iba a utilizar en la 2da mitad de la ultra (en teoría).
Nuevamente el traslado fue desde la Plaza de Armas en Puerto Natales, pero esta vez, tanto el inicio como la meta de la carrera, estaban en diferentes puntos dentro del Parque Nacional.
La largada sería en el Hotel Las Torres, a unos 150 Km de Puerto Natales. El viaje en bus, de 2 horas, fue en total oscuridad (05.00 AM). La noche estaba fresca, pero de a poco, el amanecer iba aclarando el cielo y hacía suponer que el día sería cálido.
Ya una vez dentro del lobby del hotel, comienzo a encontrarme con varias caras conocidas y algunos amigos que me dio la montaña (como me gusta decir a mí). Es muy lindo sentir ese cariño que te llega de los abrazos, las risas y las palabras de todas tus amistades). Es para destacar la humildad de los grandes (y siempre se los hago saber), cuando en un cálido abrazo, y entre risas, Fernando Nazário (corredor de SALOMON y Campeón UTTP67K2014 y Campeón de ULTRAFIORD100K2015) me desea suerte, o Moisés Jiménez (corredor de THE NORTH FACE, quien sería Campeón en esta edición del UTTP50K2015) me da un abrazo y se ríe conmigo.
También me encontré con mi querida amiga Trish Tan, de la organización de la carrera, quien venía siguiendo mi recuperación desde hace 2 meses, luego del bloqueo (infiltración) en el nervio ciático, y la decena de antiinflamatorios inyectables, que me tuvieron que aplicar. Ella, más preocupada que yo, por la inyección de corticoide 48 hs antes de la carrera “How you feel Rafael?” (¿Cómo te sentís?).
Y por primera vez, recibí un regalo antes de comenzar la carrera. Si, ni siquiera había empezado a correr, y mi querida amiga María Clara Serino, me regalaba unas gemeleras! Las tuve que cargar en la mochila toda la carrera! (no pesan nada). Una tremenda amiga que me dio la montaña (en invierno de este año, me llevó a correr el “cerro Alcorta”)
Unos minutos después, ya estábamos los casi 100 corredores en la línea de largada. Unas palabras de Stjepan Pavicic (organizador del evento) y nuevamente la clásica cuenta regresiva, daba comienzo a Ultra Trail Torres del Paine 2015 50K.
El comienzo fue como había pensado, porque recordaba el circuito (en 2014, fue a la inversa, el hotel Las Torres fue la meta). Venía a mi memoria el ascenso y descenso del Campamento Chileno. Sólo que este año, había que subir varios kms más.
El 1er pelotón con los líderes de la carrera, a quienes crucé (yo subiendo y ellos ya descendiendo) pasaban a un ritmo fuerte. Enzo Ferrari, Moisés Jiménez, Fernando Nazário entre ellos. Una vez marcado paso en el sector superior Campamento Torres, tomé el tiempo en el mismo lugar en el que había cruzado a los líderes, y supe que me llevaban 30´. Por lo que comencé a “apretar” mi ritmo para ver si podía acortar la diferencia. No porque la punta fuese mi objetivo, sino porque sabía que debía llegar antes del tiempo de corte de carrera (8hs de carrera km38).
Desde que comencé el “descenso” hacia el 2do Campamento, el Italiano, el circuito dejó de ser tan técnico (por tramos había muchas piedras, y el ascenso lo hacía con bastones), y pasó a ser bastante más “corrible”. Fue en un tramo en el que venía fuerte y tuve la caída más fuerte en una carrera. Prácticamente di la “vuelta carnero” pero quedé “mirando hacia atrás” sobre mi cabeza y mochila.
Una vez arriba, sin nadie que se riera de mi (hacía tiempo que el 1er pelotón se había ido, y también me había despegado del grupo que estaba detrás mío), volví a un ritmo cómodo para mantener.
En el tramo antes de llegar al siguiente refugio o campamento, me encontré con desviaciones que me hicieron dudar, después, un puente roto con un arroyo con piedras enormes, con un pequeño acantilado. Por un segundo pensé, ¿será por acá?; Si, definitivamente; es una carrera de Stjepan Pavicic. Y si, minutos después volvía a un sendero en el que alcancé a otros corredores con quienes llegué hasta el próximo puesto de abastecimiento. Campamento Italiano.
Desde ahí había que hacer el ascenso al Mirador Francés (en mi carrera, el más exigente de los ascensos), fue en ese sector en donde cargué mis bidones y me reí unos minutos con Stjepan, que se encontraba ahí, y que una vez que comencé a subir, me nombraba a Pablito; “le tengo que llevar la medalla” le grité mientras corría.
No recuerdo el tiempo que me tomó hacer el ascenso, pero si recuerdo lo técnico y desgastante que fue a esa altura de la carrera. Una vez arriba, las vistas eran increíbles. Realmente valía la pena tomarse unos minutos y admirar las montañas y los glaciares que colgaban. En ese momento quise sacar la comida de la mochila, que la noche anterior había envuelto en “papel aluminio” (grave error); luego del roce en carrera, de la caída, y el consiguiente “aplastamiento”, el papel aluminio pasó a ser “parte” de la comida. Imposible despegarlo del queso de las 2 porciones de pizza! “Chau morfi” dije. Menos mal que los chicos del control me regalaron una rodaja de salame y un pedazo de pan.
Ya habiendo hecho la mitad de la carrera, iba con 3 hs por debajo del corte. Sólo restaba volver a bajar al Campamento Italiano * y llegar al siguiente punto (Refugio Paine Grande) para emprender el 3er y último ascenso al Mirador del Glaciar Grey. Un ascenso que ya conocía, ya que lo habíamos hecho el año pasado. Bastante técnico por la cantidad de piedras y la fuerte pendiente, pero por momentos largas e interminables. Una vez arriba, uno se encontraba con otra vista increíble. Con la última marca de control, miré el cronómetro, el cual me marcaba que era posible terminar la ultra por debajo de las 9 hs. Y a pesar del dolor en los pies (creo que voy a perder otra vez la uña del pulgar) por la cantidad de piedras y lajas que parecían cuchillos cuando uno pasaba por encima de ellas, seguí con un ritmo más rápido de lo que acostumbraba.
Terminé la ultra corriendo fuerte. Tal vez por las ganas de llegar bien. Mi cronómetro marcó 8hs 43´ en los 50km y casi 2.400 m D+
Una vez que crucé la meta, un momento que no voy a olvidar; un abrazo de Moisés Jiménez (el Ganador del UTTP50K), otro de Enzo Ferrari (2do).
Mi carrera fue rápida, un poco más rápida de lo que me imaginé. Por eso al llegar a la meta, di gracias a Dios en lo que me permitió convertirme y hacer. Porque en los últimos años, me hizo aprender mucho; y más en los últimos 2 meses, en los que las lesiones, las dudas y los miedos, quisieron ser más fuertes que yo.
Atleta de Río Gallegos Falleció en la competencia.
En esta competencia una noticia repercutió rápidamente y fue el fallecimiento de Jonathan Canto, un atleta de Río Gallegos de 24 años. Rafael Lim contó y tuvo unas palabras por lo sucedido.
“Comencé a descender rápido por la fuerte pendiente que había (eso me hizo notar lo extenuante que había sido subir). Faltando aproximadamente 1km para finalizar el descenso, tuve que detenerme varios minutos, había un corredor caído y varios realizándole la reanimación. Era Jonatán, a quien conocí este verano. Sé que estaba comenzando en este mundo del ultra trail y tenía muchos sueños. Lo había visto en el 1er ascenso haciéndolo bastante fuerte. Y luego lo crucé minutos previos al verlo así. Quedé atónito. Entre quienes estaban ahí 5 o 6 personas, había dos amigas en un llanto desconsolado; en un momento uno de sus amigos me hace señas para que lleve conmigo a una de ellas; por lo que la llevé conmigo y continuamos el descenso juntos. Una vez abajo, ya el control comunicaba por radio de la situación, pero sabía que ya era tarde para cualquier maniobra que se quisiese hacer, porque estábamos muy lejos. Me quedé unos minutos junto a Josefina, pero luego decidí seguir en búsqueda de Pablo, amigo en común a quién sabía que yo sería el que le dijera la noticia. Durante esos 8 a 10 km de montaña que me separaban con Pablo, traté de correr lo más rápido que pude, pero a la hora de estar corriendo, y estar casi sin aire, volví a entender que ya era demasiado tarde. Encontré a Pablo en el ascenso al Mirador del Glaciar Grey, a casi 1h 40´ de haber visto caído a Jonatán. Pablo ya había marcado paso y le restaba descender. Se desplomó al recibir la noticia. Por eso, lo único que pude decirle y ofrecerle es bajar junto a él, pero Pablo prefirió que siguiera y terminara mi carrera. Un momento duro para él; yo tampoco creo que lo pueda olvidar.”
En el pasado mes de febrero Jonatán corrió Argentina Corre en El Calafate.
(Fuente: Ahora Calafate.)
Estudiante santacruceño campeón nacional la 41°Olimpiada Matemática Argentina
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