La Agencia de la ONU para los Refugiados advirtió ayer miércoles de que un creciente número de mujeres en Centroamérica y México está huyendo sus países para escapar del aumento de la violencia mortífera y descontrolada por parte de pandillas, alimentando una crisis de refugiados inminente en las Américas. Esta situación exige una acción urgente y concertada por parte de los Estados de la región.
“La violencia que está siendo perpetrada por grupos criminales organizados transnacionales en El Salvador, Guatemala, Honduras y en ciertas partes de México se ha vuelto predominante”, declaró el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, António Guterres, en Washington durante la presentación de un nuevo informe sobre la situación titulado “Women on the Run” (Mujeres a la Huida).
“Las crisis dramáticas de refugiados que estamos observando en el mundo hoy día no están limitadas a Oriente Medio o África”, explicó Guterres. “Estamos viendo el desarrollo de otra crisis de refugiados en las Américas. Este informe es una alerta temprana para crear conciencia sobre los desafíos a los que se enfrentan las mujeres refugiadas y una llamada a la acción para responder a nivel regional a una crisis de refugiados inminente”.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) hace un llamamiento específico a todos los países en Centroamérica y Norteamérica para:
El informe “Women on the Run” (Mujeres a la Huida) se ha elaborado a partir de las entrevistas realizadas con 160 mujeres que huyeron recientemente de sus hogares en El Salvador, Guatemala y Honduras – el “Triángulo Norte de Centroamérica” (o TNC) – y en algunas partes de México, para escapar del aumento de la violencia en sus comunidades.
Estas mujeres describieron en detalle como los grupos criminales armados aterrorizan a poblaciones para establecer su control sobre áreas grandes de estos países, y cómo las mujeres en particular se están convirtiendo en objeto de persecución mediante formas concretas de extrema violencia de género.
“Todo te afecta porque allá, una mujer no vale nada”, explicaba Lana, una de las mujeres entrevistadas para el informe. “Es como si tu vida no tuviera ningún valor. Ellos violan. No hay ningún límite. No hay ninguna autoridad. No hay nadie para pararlos”.
Si bien los gobiernos de la región han hecho esfuerzos para abordar las causas de raíz de la violencia, las personas siguen huyendo. La región tiene unas de las tasas de homicidio más altas del mundo, que en particular afecta a las mujeres.
Mientras algunas de las mujeres huyen hacia los Estados Unidos, otras lo hacen hacia países vecinos en Centroamérica y México, donde las solicitudes de asilo de quienes han huido de los tres países TNC y de algunas partes de México han aumentado drásticamente a un nivel de trece veces mayor que el de 2008.
Según estadísticas del gobierno de los Estados Unidos, el 82% de las 16.077 mujeres procedentes de estos países que fueron entrevistadas por las autoridades estadounidenses el año pasado, tenían fundados temores de persecución o torturas y se les permitió solicitar asilo en Estados Unidos.
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