Entrevista de la entrevista a Alicia Kirchner realizada por Alejandra Dandan Alicia Kirchner habla desde una de casa de barrio, hecha hace años para fomentar la radicación de médicos que llegaban a trabajar a la Patagonia. Sobre las paredes, dos imágenes. En una aparece con Néstor Kirchner, él como presidente. En la otra, ella y la presidenta Cristina Fernández miran el lanzamiento de uno de los programas del Ministerio de Desarrollo Social.
Hay un mensaje clarito detrás de las evaluaciones locales y nacionales. “Tenemos que trabajar muy fuerte militando en todo el país para que los compañeros Scioli y Zannini sean la fórmula ganadora”, dice. “Acá hay dos modelos: o seguir desarrollando el país con la gente adentro o volvemos al modelo que se generó en décadas anteriores y culminó en el fracaso con la Alianza”.
La flamante electa gobernadora de Santa Cruz analiza críticamente algunas opciones tomadas por el Frente para la Victoria, sobre todo en torno a la comunicación. Y convoca: “Tienen que integrarse todos los sectores. Los que pertenecemos al proyecto nacional y popular tenemos que ver lo que nos junta y no entrar en personalismos. Y leer poco algunos diarios”. Pero también dice que las convocatorias tienen un límite: “Porque si no se confunde a la gente”.
Está distendida. Atiende el teléfono. Pero no lo toca más durante la entrevista. No quiere revisar más números. Al cierre de las elecciones, miró el reloj, dijo que eran las tres de la mañana, agradeció a los militantes en la calle y dijo que había hablado con la presidenta.
–Contó que le dijo “mujer coraje”. ¿Cómo fue ese llamado?
–La mujer coraje para mí es Cristina Férnandez de Kirchner, por esa gran fuerza. Justo se cumple un aniversario de la muerte de Néstor. Cristina tuvo que afrontar así, de un día para otro, que Néstor no estuviera y es cierto que lo hizo todo un país, pero ella tuvo el coraje para hacerse cargo de la responsabilidad que significa la presidencia de la Nación. Néstor decía eso de Cristina. Y la verdad es que la fuerza que ha tenido le ha sobrado. Admiro su fuerza. Es así.
–¿Cómo fue la llamada?
–No me acuerdo todos los detalles –se ríe–, ¡porque te imaginás lo que era todo eso! Pero cuando me dijo “gobernadora” nos empezamos a reír las dos, porque son tantos años compartidos. Tantas cosas de esa militancia que ensambla, con desafíos. Me dijo: ¡hola, gobernadora! Bueno, hola, dije yo.
–¿Ella tuvo datos primero que usted?
–No. Yo soy terriblemente prudente. Creo que las dos estábamos manejando los mismos datos. Nosotros teníamos nuestras mesas testigo, pero no podíamos conseguir información. Vi en un medio que no es afín que decía que había ganado y eso me hizo acordar muchísimo a cuando Néstor ganó la intendencia. Nos enteramos porque nos vino a saludar el candidato a intendente por el radicalismo para decirle que era intendente. Fue una situación similar.
–¿Cuál es la lectura que hacen de la elección provincial?
–Jamás dejamos a Santa Cruz, como a ninguna otra provincia. Hemos ayudado desde lo que nos correspondía a nivel macro. Jamás dejamos solo ningún pueblo. Creo que no hubo gobierno nacional que se ocupara tanto de la tarea territorial pero (la provincia) estaba sin expectativas. Es lo que siento. Faltaba esperanza. Santa Cruz lo recorremos permanentemente y yo me encontraba con muchas compañeras, amigos… Había una artillería muy fuerte en contra. ¿Cómo ganan espacio esas minorías que estuvieron con los militares, a través de los medios o a través del poder económico? Bueno: dinamitando determinados terrenos con información mal intencionada.
–¿Cómo se ven desde acá los resultados nacionales?
–Tenemos que trabajar muy fuerte militando en todo el país para que el compañero Scioli y Zannini sean la fórmula ganadora. Hay que militar muchísimo. Muchos de los beneficios adquiridos por nuestro pueblo quizá no fueron evaluados en su real dimensión, muchos, dirán: bueno, yo trabajé y por eso lo logré. Y, es cierto. Cierto que está su trabajo y su logro, pero la verdad es que el país cambió porque se tomaron medidas. Se empezó a mirar el país tierra adentro y a desarrollar la política económica que termina dando respuesta a la deuda interna que teníamos. Eso se lo dio el gobierno de Néstor Kirchner y lo continuo Cristina. A veces es todo tan rápido que los argentinos sin querer podemos tener miradas individualistas y creemos que hay cosas que son por el logro propio y no por un proyecto colectivo. Quizá lo decimos mal o no lo sabemos explicar. Creo que es una cuestión de militancia. Es la militancia que podemos tener en charlas de a dos. En lo cotidiano.
–¿Hay espacio para autocrítica? ¿Se necesitó una interna en el FpV? ¿Hubiese sido bueno? ¿Vale la pena pensarlo ahora?
–Esos son análisis que no se hacen en un día. Ahora hay que trabajar con todo por la fórmula de Daniel y Carlos.
–¿Cómo creen que se pueda revertir los números con vistas al ballottage?
–Militando. La militancia no sólo de golpear puertas sino en trabajar. Mostrar lo que se está haciendo. Charlar con organizaciones. Con distintos actores, no podés charlar sólo con los que piensan como vos.
–¿Habla de convocar a otros espacios?
–Tenés que hablar con todos, pero hay que diferenciar algunos caminos. Yo no puedo estar cerca de los dirigentes del modelo neoliberal. No podemos compartir espacio porque eso confunde a la gente.
–¿Está marcando límites? ¿Un nombre?
–No me puedo sentar con quienes no les interesa la educación del pueblo y lo único que les interesa es acopiar para determinada minoría. Puedo charlar con ellos. Pero no puedo construir un proyecto porque están muy separados.
–¿Con las clases medias hay algo que sigue faltando?
–No hay que subestimar el voto de la gente. Nosotros tenemos que ver en qué nos equivocamos. Seguro que no supimos explicar muchas cosas pese a que sabemos que los cambios que produjeron son bisagras. Quizás anduvimos demasiado rápido. Quizá las cosas deben trabajarse de una manera mas lenta para acopiarse y darle identidad. Son todos interrogantes. Acá si creo que se juegan dos modelos diferentes. Y eso tiene que ver con el pueblo adentro o afuera.
–Pareció no estar muy claro el rol de La Cámpora en la campaña. Sin embargo, ayer Máximo fue claro cuando dijo que Macri representa el 24 de mayo de 2003. ¿Cuál es el lugar que tienen que tener?
–Cada uno hizo su evaluación. La Cámpora ha sufrido una fuerte discriminación. Y yo trabajé mucho en la gestión con ellos. Trabajan para el otro. Tienen ganas de hacer, de comprometerse. Tenemos que trabajar con esa mirada. Tienen que integrarse todos los sectores. Todos los que pertenecemos al proyecto nacional y popular tenemos que ver lo que nos junta y no entrar en personalismos. Y leer poco algunos diarios.
–¿Puede decir algo del futuro de la Presidenta? Dijo que iba a seguir militando.
–Ahora dejala descansar un poco. Y es lógico, como si yo dijera que no voy a militar. Si toda la vida hicimos eso.
(Nota publicada en Página 12 el 27 de octubre de 2015)
(Fuente: Nacional Gregores.)
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