La psicopedagoga Damiana Molina habló sobre el stand Violencia escolar no es sinónimo de bullying, desarrollado en la feria de ciencias del Colegio Santa Cruz y el Jardín Belén, e hizo hincapié en el papel que cumplen los niños, los padres y los docentes en este tipo de casos.
La feria de ciencias del Colegio Santa Cruz y del Jardín Belén tuvo un stand contra la violencia escolar. Allí, la licenciada comentó cómo nació la iniciativa para conformar este espacio: “Los alumnos se interesaron en esta problemática, que tiene lugar en todo el mundo. La idea fue diferenciar la violencia escolar y el bullying, ya que son términos que suelen confundirse. El bullying es solamente entre alumnos, mientras que la violencia escolar puede incluir a otras personas de la institución”.
Molina señaló que el bullying es un hostigamiento persistente, se da de forma reiterada y comprende tres figuras: el acosador, la víctima y los espectadores, que forman una parte importante de este fenómeno, ya que, sin ellos, el acosador no se sentiría poderoso delante de quienes observan las intimidaciones. En tanto, la violencia escolar incluye hechos aislados que ocurren en un momento determinado y que no trascienden.
Según contó la psicopedagoga, los alumnos del Cuarto Año del secundario hicieron entrevistas y cuestionarios para detectar esta situación en el colegio, y los resultados arrojaron que, si bien no hay bullying, sí se han registrado casos de violencia escolar. “Esto se previene dentro del colegio, capacitando a los alumnos, a las familias y a los docentes para que presten atención a los signos que presenten las víctimas, los agresores y los testigos, ya que son casos que traen consecuencias”, indicó.
Para Molina, es necesario que los padres se vinculen con la escuela y que la familia se acerque a los docentes y directivos en el caso de que exista sospecha de que ocurra este fenómeno. “Hay signos que tenemos que tener en cuenta. Si nuestro hijo llega golpeado, si se aísla o si no quiere compartir actividades extraescolares, o si oculta cosas, miente, siempre quiere tener la razón, tiene objetos o plata que no es de él, son señales que hacen que sea preciso actuar. Debemos estar atentos a los problemas entre los chicos, porque quizás para nosotros puede no ser significativo, pero para ellos sí”, dijo, agregando que la violencia puede surgir desde el mismo núcleo familiar.
(Fuente: Patagonia Nexo.)
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