Es la historia de Maureen Tapia, una ciudadana chilena que llegó a El Calafate buscando a su progenitor, ya que él nunca se enteró que dejó embarazada a una joven de 18 años en la ciudad sureña de Llanquihue. Con una gran colaboración de muchas personas, pudo conocer y abrazarse con su padre.
La historia es tan impresionante como espectacular, el miércoles 18 de Noviembre se presentó Maureen Tapia en los estudios de LU23 Nacional Calafate. Allí comentó su historia en el aire de AM 730: “Ando en la búsqueda de mi padre biológico, mi madre es de Llanquihue, cerca de Puerto Montt en Chile. Cuando tenía 18 años tuvo una aventura con quien es mi padre biológico Manuel Segundo Teuquil Alvarado. Por vergüenza, ella se fue embarazada hacia Santiago de Chile y mi padre nunca supo que tuvo una hija, que en realidad somos 2 porque nacimos gemelas”.
Desde el año pasado que falleció su abuela materna, se empezó a interesar en la búsqueda de su padre, para completar su verdadera identidad. “Encontré a mi tía paterna, Ameliana, quien nos informó que hacía como 30 años que se había venido a vivir al sur de Argentina y que residía en El Calafate, con algunos viajes a Río Gallegos. Él tiene entre 60 y 65 años, nunca quiso volver a Chile, incluso le había prometido hace 2 años una visita a su hermana pero no cumplió. Y no hay contactos, ni teléfonos ni dirección, por lo que la búsqueda es muy difícil ya que puede estar en una Estancia y no sabemos donde vive” comentó una esperanzada Maureen, quien llegó a la radio por idea de Mónica, del Hostel Los Pinos donde se alojaron.
Siempre acompañada por su hermana Elizabeth que “es mi hermana menor y la que me alentó también a esta búsqueda desde un primer momento”. Luego de la entrevista en la radio se comunicó Nicolás Villagra, Presidente del Centro de Residentes Chilenos en El Calafate, quien se interiorizó de la búsqueda y brindó la base de datos que tienen, además de poner la buena predisposición para solicitar información en Gendarmería, Anses y el Consulado de Chile en Río Gallegos.
Al día siguiente, jueves por la tarde, Maureen pudo dialogar telefónicamente con su padre biológico que se encontraba en Río Gallegos. El albañil se mostró interesado en poder encontrarse cara a cara con su hija, momento muy feliz y emotivo que se concretó en la Terminal de Ómnibus de Río Gallegos. Allí pudo llegar Maureen a las 7 de la mañana, abrazándose ante la primer mirada y dialogando por más de 3 horas en una charla que hasta hace poco tiempo parecía impensada.
Maureen siguió viaje rumbo a Punta Arenas y desde allí volverá a Santiago, con el corazón lleno de alegría y felicidad, por haber encontrado a su padre pudiendo conocer completamente su historia.
(Fuente: Nacional Calafate.)
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