Según datos del mercado, esto genera cada vez mayores costos al sistema de transporte y distribución de efectivo.
La expectativa del sector es que la utilización de billetes de mayor denominación, como los de 500 pesos que estarían en la calle a mediados de año, reduzcan los costos del sistema, al tiempo que simplifiquen los pagos que aún se realizan en efectivo .
En números contantes y sonantes, a datos de principios de marzo del año 2014 el total de efectivo en manos de los habitantes era de 242.386 millones de pesos, para pasar a 310.399 millones de pesos en la misma semana del año 2015 y a 400.363 millones de pesos el 1 de marzo pasado, según los datos publicados por el Banco Central.
Así se produjo un incremento interanual de 32% y del 22,5%, o del 40% en la comparación de marzo pasado con el mismo mes del año 2014.
Según fuentes del mercado, el aumento del billete circulante es uno de los impactos de la inflación, y a la necesidad de tener más efectivo para hacer frente a los pagos de bienes y servicios.
Al mismo tiempo, sostienen, que la expansión del uso de medios electrónicos de pago, como por ejemplo las transferencias gratuitas e inmediatas (inferiores a 50.000 pesos por operación) reducen la necesidad de efectivo circulante.
De hecho este tipo de operación bancaria en la que los billetes no son físicos sino bits y bytes que circulan por la red, registró en el curso del año 2015 un incremento del 32%.
El informe sobre Bancos del BCRA correspondiente a diciembre pasado, arrojó que si bien el cheque sigue siendo un “instrumento de pago de relevancia”, las transferencias de fondos acumulan un incremento del 32% en cantidad de operaciones.
Además “la mayor cantidad de estas operaciones se concentra en montos inferiores a 50.000 pesos”, indicó el informe para procesar que se refería al 98,4% del total de las transferencias.
Las transferencias bancarias inferiores a los 50.000 pesos son gratuitas e inmediatas, por lo que resultan beneficiosas respecto del cheque o del pago en efectivo.
La puesta en circulación de billetes de mayor denominación bajará costos obvios, como que la misma camioneta de transporte de caudales podrá trasladar más cantidad de dinero en un mismo viaje que los que registran ahora, y otros no tan evidentes como la extensión de la vida útil de los cajeros automáticos.
Fuentes del sector explicaron que la vida útil de un cajero automático, de acuerdo a su antigüedad y tecnología, se mide en la cantidad de billetes que expende. Por lo tanto, si reduce por cinco este desgaste, es de esperar que se genere una merma del gasto a partir de un uso más eficiente del equipo.
La última información oficial respecto de la emisión de los nuevos billetes de 500 y 200 pesos señala que ambos se pondrán en circulación a mediados de este año.
(Fuente: Télam.)
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