¿Quién está detrás de la fábrica de cerveza?
Somos un equipo de seis personas abocados a la actividad. Tres en planta de elaboración, un cuarto en administración y el resto en reparto. Si bien dirijo las actividades, las cocciones y el desarrollo del producto, el personal de planta se encuentra altamente capacitado como para poder suplir el rol del otro ante cualquier eventualidad.
¿Cuándo, cómo y porque te decidiste apostar por la fabricación de cerveza?
Antes de producir tuvimos una vasta experiencia en la distribución de cervezas artesanales de otras plazas, como Mar del Plata o Bariloche. Esta actividad nos enseñó todo un mundo nuevo y fascinante, con una historia tan rica y vasta que se remonta al origen de los tiempos. Desde entonces, fantaseamos con la posibilidad de hacer nuestra propia cerveza en El Calafate, pero no nos animábamos. La tentación era grande, pero lo veíamos como una quimera. Lo que nos decidió finalmente, fué una oportunidad coyuntural: La ausencia de cervezas de sistema “Draft” o de barril. Las grandes compañías cerveceras tienen sus plantas de elaboración en la región centro de nuestro país, y la logística de los barriles es muy dificultosa. Los mismos viajan por tierra hasta el punto de venta y luego de su consumo deben volver vacíos nuevamente para su llenado, completando un periplo de casi 6000kms. Sin considerar los costos propios de esta operatoria, la práctica resulta imposible dado que los tiempos no cierran y el quiebre de producto es inevitable. Durante un par de temporadas llegó a Calafate una cerveza industrial en barril desde Punta Arenas, Chile. Cuando se cerró la importación, sentí que se nos habían terminado las excusas y era el momento de iniciar la aventura de hacer una cerveza “nuestra”. Comenzó entonces una etapa de muchísimo estudio, sacrificio, inversión y laburo para poder concretar este sueño. Movilizados siempre por una pasión que muchas veces escapa a la lógica del inversor tradicional, y resulta difícil de explicar.
¿Cómo surgió el nombre / marca del producto? ¿Cuál es su origen?
Nuestra cerveza lleva el nombre de “La Zorra”. Podríamos inventar una historia romántica para el origen del nombre pero mentiríamos escandalosamente. Queríamos un nombre en español que hiciera referencia a nuestra Patagonia. Luego de dar un millón de vueltas durante meses, sin ponernos de acuerdo entre el equipo de trabajo, y tras agotar el ejercicio democrático, autoritariamente la bauticé como más me gustaba. La Zorra es un animal que debe aplicar la astucia para sobrevivir en un medio hostil como nuestra estepa. Me parece una alegoría que aplica al habitante patagónico en general y al emprendedor cervecero en particular. Montar nuestra fábrica requirió de todo el ingenio del que fuimos capaces, para superar la carencia de medios y recursos en una zona que no tiene actividad y tradición industrial.
¿Qué la hace diferente de las demás a tu cerveza?
Es un cliché: El amor y la dedicación. Estamos comprometidos en lograr un producto de excelencia, desde la elección de los ingredientes, los métodos de elaboración y la experimentación constante. Un rasgo que nos distingue es un elemento que en general no es tenido en cuenta, pero es fundamental para la elaboración de una cerveza de calidad: El agua. Tenemos un agua de origen glaciario excelente, cuyas características naturales constituyen el punto de partida ideal para hacer grandes cervezas.
¿Qué tipo de cervezas elaboras?
Hasta el momento hacemos todas cervezas de levaduras Ale, respetando los estilos de origen y brindándoles nuestra impronta. Golden Ale, Scotch, Foreign Stout, Indian Pale Ale (IPA), Belgian Ambar Ale, Barley Wine, Honey Beer, American Pale Ale (APA).
¿Alguna novedad de cara al futuro?
Seguiremos incursionando en nuevos estilos de cerveza, pero la novedad más saliente es que prontamente inauguraremos nuestro propio Brewpub.
Contanos alguna anécdota cervecera de tu trayectoria
Uff… Hay muchas… todas asociadas a la posibilidad de tener feedback con extranjeros, quienes son grandes conocedores. El boom de la cerveza artesanal es global y lleva años en Estados Unidos y Europa. Una fue la visita a la fábrica de una pareja de norteamericanos. Los trajo “El Mono”, un amigo propietario del restobar “Ananda”. Los gringos estaban tan fascinados con la birra, y le insistieron tanto con que querían conocer la planta que “El Mono” accedió a acompañarlos. Yo estaba en plena cocción y no tenía mucho tiempo para atenderlos. Una vez hecha las presentaciones lo primero que me preguntan es: “Donde venden su cerveza en Estados Unidos?” Luego de cerciorarme de que no se trataba de un error de traducción y superada mi sorpresa, ensayé explicarles que a duras penas podíamos abastecer a El Calafate y El Chaltén. Resultaron ser comerciantes de vinos de California, quienes esperan poder ser los primeros importadores de La Zorra en USA. El tiempo dirá.
(Fuente: Prensa MRG.)
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