El fiscal Carlos Rearte pidió para Cristian Angel la pena de prisión perpetua con el agravante de femicidio, en tanto el defensor particular Marcelo Fernández alegó por la absolución de su cliente. Cristian Angel conocerá el jueves 25 de agosto la decisión del Tribunal.
Poco después del mediodía se dio inicio a la jornada en la que se realizó el planteo de los alegatos, en primer lugar por parte del fiscal y luego desde la defensa de Cristian Angel.
Los jueces Cristina de los Angeles Lembeye, Juan Pablo Olivera y Laura Vallebella escucharon atentamente los planteos de las partes y una vez finalizados le dieron la oportunidad al imputado de decir sus últimas palabras antes de que se dicte la sentencia, a lo que no accedió, tal como lo hizo cuando fue llamado a declarar.
En primer lugar, el fiscal Carlos Rearte realizó un extenso relato de cómo habrían sucedido los hechos desde la desaparición de Rita Bejarano, en base a las pruebas y testimonios expuestos durante las cuatro jornadas del juicio.
En ese sentido refirió que el 25 de octubre de 2014, fecha en que la víctima fue vista por última vez con vida, habría mantenido una discusión por algún hecho de infidelidad con Angel, quien “la atacó y luego llevó el cuerpo en el auto a la zona de La Lobería donde la dejó en una zanja y le quitó los zapatos, el teléfono, la cartera y las llaves”.
Por otra parte, aseguró que “el único vínculo de conflictividad que tenía la víctima era con el imputado, con quien mantenía una relación desde hacía dos años, con idas y vueltas y demostraciones de celos mutuos”.
INFIDELIDAD Y VIOLENCIA FISICA
“Según lo que manifestaron las amigas de Bejarano en sus testimonios, existían situaciones de infidelidad por parte de Angel, como así también violencia física, hechos que fueron descriptos por la hija de la víctima, por lo que ya había tomado la decisión de terminar con la relación”, acotó.
Rearte dedujo que “después de salir de trabajar, el acusado llevó el cuerpo al mismo lugar donde tiempo atrás había ejercido actos de violencia contra su ex pareja Lidia Antilef, colocó el auto marcha atrás cerca de una zanja, lo tiró y se dirigió a Comodoro para deshacerse de los objetos personales. Luego volvió a Caleta y la llamó desde el teléfono fijo de su casa para que la antena de telefonía celular ubicara al aparato en ese lugar”.
Por ello, sostuvo que no le quedan dudas de que “la última persona que vio a Rita fue el imputado. El ejerció violencia, le provocó la asfixia y luego la muerte y no existe la más mínima duda de que fue la última persona que la vio con vida y que cometió el hecho que se le atribuye”.
Finalmente, el fiscal dijo que el acusado debe ser juzgado por el delito de homicidio doblemente calificado, tanto por la relación de pareja mediando violencia de género, por lo cual solicitó la pena de prisión perpetua.
DEFENSA
Por su parte, el abogado defensor antes de pronunciar su alegato, dejó en claro que disentía con los fundamentos de la Fiscalía y que solicitaba la absolución de su cliente.
Durante el planteo que se extendió por poco más de una hora, Marcelo Fernández dijo que los principales fundamentos eran que las pruebas resultaban “insuficientes” y que existían muchas contradicciones por parte de varios testigos.
Entre otras cosas, manifestó que “los familiares de Bejarano declararon que el lunes ella había desayunado en su casa, lo que no coincide con la fecha de desaparición que se manejaba (dos días antes)”, momento en el que los allegados a la víctima no contuvieron su enojo y le gritaron que no era cierto, lo que les valió la advertencia de desalojo del Tribunal.
También sostuvo que no hubo persecución por parte de su defendido hacia Rita y que por el contrario resultaba ser ella quien lo llamaba o mandaba mensajes de texto de manera incesante. “En dos años no hubo ningún hecho de violencia, ni sus familiares la vieron golpeada”, afirmó.
Finalmente aseguró que también existieron contradicciones entre los policías que escucharon a Angel cuando se adjudicó el crimen en la dependencia de la División Delitos Complejos y que tampoco tendría validez si lo hubiese admitido, por no haberse realizado en sede judicial.
Luego de los alegatos, Lembeye le preguntó al imputado si quería hacer uso del derecho a decir sus últimas palabras, a lo cual se negó. Entonces los familiares de la víctima le gritaron: “hablá asesino”.
Por último, la juez fijó que la sentencia se dará a conocer por mesa de entradas el jueves 25 de agosto en horas del mediodía, tras lo cual dio por concluidas las audiencias del juicio oral y público.
(Fuente: El Patagonico.)
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