Con motivo del día internacional contra la Trata de Personas y la Explotación Sexual, el Equipo de Pastoral Migratoria de la Diócesis de Río Gallegos y la Pastoral de la Escucha, invitan a la comunidad a la Misa por las Víctimas de Trata y explotación Sexual que se realizará el viernes 23 de septiembre, a las 18 horas en la Catedral Nuestra Señora de Luján de la ciudad de Río Gallegos con lema “Por una sociedad sin esclavos”.
La Conferencia Mundial de la Coalición contra el Tráfico de Personas instauró el 23 de septiembre como el “Día Internacional de la Lucha contra la Trata de personas y la Explotación Sexual, en alusión a que un 23 de septiembre de 1913 se promulgó en la Argentina la Ley Nº 9.143, llamada Ley Palacios, que es la primera norma legal, tanto en nuestro país como en el ámbito internacional, destinada a combatir la explotación sexual.
Como Diócesis seguimos afirmando, junto a toda la Iglesia, que: “la trata de personas en todas sus formas, y en particular el tráfico para fines de explotación sexual y prostitución, debe ser declarada crimen de lesa humanidad. Los traficantes deben ser llevados a juicio en el marco de leyes nacionales e internacionales claras, con el decomiso de aquellas ganancias que sean producto de su actividad ilegal y las víctimas deben ser indemnizadas por todos los daños sufridos”. (Conclusiones Coloquio contra la tata de personas, Vaticano, 2015).
Nos siguen conmoviendo, en Santa Cruz y Tierra del Fuego, la alta tolerancia social y la naturalización del sistema prostibulario al que, para justificarlo, suele vinculárselo con lo cultural. Manifestamos que la trata de personas y la explotación sexual son modos de esclavitud que violan la dignidad, la libertad y los derechos humanos de tantas mujeres, niñas y jóvenes de ambos sexos.
Por eso, es imperioso un cambio de mentalidad para enfrentar este delito y la adopción de políticas públicas comprometidas, contundentes y que convoquen a diversos sectores para crear conciencia de que estas aberrantes prácticas son un problema social, un problema de todos.
El Papa Francisco nos dice: “no vale el viejo adagio: son cosas que existen desde que el mundo es mundo. Las víctimas pueden cambiar y, de hecho, sabemos que cambian de vida con la ayuda de los buenos jueces, de las personas que las asisten y de toda la sociedad… Sabemos cuán importante es que cada víctima se anime a hablar de su ser víctima como de un pasado que superó valientemente siendo ahora una sobreviviente o, mejor dicho, una persona con calidad de vida, con dignidad recuperada y con libertad asumida”.
Aunque la legislación vigente tipifica el delito de trata de personas resultan aún insuficientes e ineficaces la asistencia a las víctimas, a sus decisiones y el respeto de los derechos establecidos en la Ley. Del mismo modo lo es la lucha contra las redes de trata y los prostituyentes.
Resulta imperioso completar la reglamentación de la ley nacional Nº 26.842 de Trata de Personas, como así también reglamentar en Santa Cruz la ley provincial N° 3.352, y en Tierra del Fuego la ley N° 938, que permitiría el funcionamiento de comisiones y oficinas, tanto de Rescate, como de Asistencia a las víctimas.
Hacemos nuestras las palabras del Papa Francisco al referirse a las víctimas de la trata de personas, en el sentido de que “la rehabilitación de las víctimas y su reinserción en la sociedad es siempre posible, es el mayor bien que podemos hacerles a ellas mismas, a la comunidad y a la paz social”. Agregando que: “es duro el trabajo, no termina con la sentencia sino después, procurando que haya un acompañamiento, un crecimiento, una reinserción, una rehabilitación de la víctima”.
Acompañamos con nuestra ferviente oración, implorando a Dios que derrame en este año de la Misericordia su amor de consuelo y esperanza sobre las víctimas y despierte la conciencia de cambio en la sociedad.
Padre Obispo Miguel Ángel D´Annibale, Diócesis de Río Gallegos
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