El presidente estadounidense, Barack Obama, firmó recientemente una orden ejecutiva para coordinar “esfuerzos” de su Gobierno para “preparar a la nación ante eventos meteorológicos del espacio”. Estos eventos pueden ser “destellos solares, partículas de energía solar y ruidos geomagnéticos”.
Según el decreto, son fenómenos que ocurren de forma regular y pueden afectar infraestructuras clave, como satélites GPS, sistemas de comunicación, aviación y de distribución eléctrica. “Tiene el potencial de afectar e interrumpir simultáneamente la salud y la seguridad en continentes enteros”, advierte.
Pero el documento presidencial no aborda la probabilidad de que ocurran esos fenómenos ni sus consecuencias, sino que se centra en mejorar la coordinación ante su posible impacto. “Una preparación exitosa ante eventos meteorológicos del espacio es un esfuerzo de toda la nación que requiere colaboración entre gobiernos, gestores de emergencia, el mundo de la academia, medios de comunicación, la industria farmacéutica, organizaciones sin ánimo de lucro y el sector privado”, explica.
Los ruidos geomagnéticos son una afectación del campo magnético de la tierra como consecuencia de la actividad solar. Los destellos solares son una breve erupción de intensidad en la superficie del sol o cerca de ella, que se asocian con manchas solares. Es un fenómeno común que raramente tiene efectos relevantes. Las partículas de energía solar son iones y electrones expulsados desde el sol como resultado de esas erupciones.
El caso más conocido de un fenómeno meteorológico del espacio fue una tormenta solar en 1859, conocida como el evento Carrington, según explica la revista Newsweek. Se pudieron observar auroras en el cielo desde lugares alejados de los polos, como el Caribe. Y los sistemas de comunicación por telégrafo quedaron alterados en Europa y América del Norte.
Un siglo después, en 1967, tres potentes erupciones solares inutilizaron el sistema de radares de EE UU encargado de detectar la llegada de misiles soviéticos. Inicialmente, en plena Guerra Fría, Washington pensó que el culpable era Moscú.
El decreto de Obama establece un calendario y un protocolo de actuación ante este tipo de fenómenos. El Gobierno federal, apunta el texto, tiene que tener la capacidad de predecir y detectar un evento meteorológico del espacio, los programas necesarios para que el sector público y privado adopten medidas mitigadoras, y la capacidad de responder y superar ese tipo de situaciones.
(Fuente: Mediatica Digital.)
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