Los investigadores sospechan que la droga secuestrada durante el operativo por trata no era para comercialización, sino para mantener la adicción de las mujeres que tenían cautivas y ejerciendo la prostitución. El jefe de la banda, un hombre que reside en Caleta Olivia, había montado una financiera clandestina. Fue indagado junto a sus cómplices.
Las tres mujeres y el hombre detenidos en el operativo de trata en zona norte prestaron declaración ante la juez federal Marta Yáñez. Los implicados fueron trasladados al juzgado de Caleta Olivia, luego del procedimiento que concretó en la madrugada del sábado la Policía Federal. Algunas de las víctimas brindaron su declaración testimonial.
Unas 20 mujeres fueron rescatadas durante los allanamientos. Son de nacionalidad argentina, paraguaya y dominicana, todas mayores de edad, a quienes en varios casos habían llevado engañadas para obligarlas a ejercer la prostitución, les habían retenido los documentos para que no pudieran escapar y a muchas de ellas las hacían vivir hacinadas, precisaron las fuentes judiciales.
Los agentes detuvieron a dos mujeres y tres hombres como presuntos responsables del delito de trata y, además, en los allanamientos secuestraron cocaína, marihuana, armas y documentación de interés para la causa, como los libros de pases de las víctimas.
Este megaoperativo contra la trata es el tercero que se realiza con éxito en la provincia de Santa Cruz en lo que va del año. También las acciones simultáneas fueron dispuestas a partir del trabajo de investigación de varios meses y por orden de la juez Yáñez.
Sospechas y vulnerabilidad
El comisario José Ascona, quien estuvo a cargo del procedimiento, afirmó que las víctimas eran traídas de sectores humildes y captadas a través de una promesa de falso trabajo.
También le llamó la atención en este caso que varias de las mujeres tienen problemas de adiciones y presume que esto facilitó a los captores lograr sus propósitos.
En este sentido, precisó que en el domicilio del cabecilla de la banda, ubicado en la ciudad de Caleta Olivia, fue donde se secuestró la cocaína y donde además se “montó una especie de financiera clandestina”.
“Creemos que se podría usar la cocaína para mantener la adicción de las chicas que trabajaban para esta persona”, afirmó el comisario.
Por otro lado, remarcó que “los locales utilizarían la fachada de whiskerías para la explotación sexual de mujeres y la distribución de estupefacientes”.
Además indicó que esto fue merced a que se llevó a cabo “una investigación compleja, no sólo porque se utilizaron métodos innovadores para el sur del país, como por ejemplo escuchas telefónicas y rastreos satelitales, sino también porque se pudo comprobar fehacientemente la modalidad delictiva de toda esta banda y fundamentalmente la detención de todos sus responsables, desde el cabecilla hasta el último”.
También ratificó que las víctimas vivían en “forma inhumana”.
(Fuente: La Opinión Austral.)
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