Sin sueldos, con poca agua, sin ventas comerciales, con despidos. La angustia de toda una ciudad.
Judiciales marchando, paro en Hospital y en escuelas, piquete de Fundación; municipales desesperados, barrios enteros sin agua, despidos petroleros, locales comerciales vacíos. Caleta ya no da más de tantos problemas
No son muchos los que salen a las calles a protestar, pero los que salen y se hacen visibles cuentan con el apoyo de miles de personas que padecen las mismas situaciones: endeudados por las demoras consecutivas en el pago de los sueldos; angustiados por los despidos en la industria petrolera; embroncados porque no tienen agua en sus casas; preocupados porque no venden.
Ya nadie oculta el malestar en la ciudad. Ni siquiera los comerciantes. Ya no hay consumo como en años anteriores.
El propio presidente de la Cámara de Comercio, Roberto Del Barrio, comentó en nuestro programa de radio (por la 97.1 Mhz), que no sólo disminuyó el consumo, sino que ahora hay locales del centro de Caleta completamente vacíos y que nadie quiere alquilar. Eso no se advertía hace muchos años; porque hasta antes de esta recesión, cuando se desocupada un local céntrico, venía rápidamente otro emprendedor y lo alquilaba; casi no había lugar para poner un comercio. Hoy eso es muy diferente.
Lo peor de todo es que, ante tamaña crisis, ni los gobernantes locales, ni los provinciales y menos que menos los nacionales, ofrecen una alternativa. Parece un “dejar que las cosas pasen” desesperante, que deja sin salida a muchos habitantes de la zona norte. Y el discurso de la “pesada herencia” parece que ya no convence como antes.
Y no sólo el problema es el salarial, también está el de los servicios esenciales. El más esencial de todos: el del agua. Barrios enteros están sin agua desde hace semanas por el bajísimo caudal que llega desde Chubut. Nunca llegan los 600 metros cúbicos diarios a la ciudad de Caleta Olivia, siempre es mucho menos, según comentaron a este diario los Autoconvocados por el Agua.
Esta mañana, Caleta amaneció con un viento cálido, que levantaba un polvo pesado, con piedrecillas molestas. Un petrolero que fue despedido este año y que ahora se dedica a vender viandas dice que este viento tiene las características del “Pampero”. Este ahora expetrolero dice que el viento no es nada, es una bendición, lo dramático es todo lo que pasa alrededor, y lo que pasa no es culpa de la naturaleza sino de la desidia de años anteriores y de los malos pasos de los gobernantes del presente.
(Fuente: La Vanguardia del Sur.)
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