La sequía prolongada está haciendo estragos en los suelos santacruceños, lo que, sumado a la sobrepoblación de guanacos, pumas y zorros, hace que las pérdidas sean cuantiosas para el sector ganadero de la provincia. Se estima que llegan a las 400 mil cabezas y una pérdida económica que rondará los 500 millones de pesos.
Las instituciones agropecuarias concretaron su encuentro en Puerto Santa Cruz el sábado pasado, para analizar la realidad del sector. Piden con urgencia la declaración de emergencia agropecuaria, la que debe iniciar la provincia y luego aprobar la Nación.
Ya cuando se acercaba la zafra del cordero el titular de la Sociedad Rural de Río Gallegos y flamante presidente de la FIAS, Miguel O’Byrne, enfatizaba que la calidad de los animales estaba afectada por la importante sequía que reina en la zona, la que calificó como la más prolongada en la historia de Santa Cruz.
Los ruralistas enfatizan que no se trata “sólo” de la sequía las razones por las cuales se requiere la declaración de una emergencia agropecuaria, sino que a ella se le suman otros factores tan o más desestabilizantes para la ecuación económica del campo santacruceño.
Es sabida la sobrepoblación de guanacos en la zona, que se suman al flagelo de zorros y pumas que provocan mortandad en el ganado, sin contar el constante delito de abigeato y la comercialización clandestina que afectan a los ganaderos de manera permanente.
Todos esos temas fueron puestos en debate en la mesa de la FIAS este fin de semana. En ella confluyeron representantes de las instituciones agropecuarias de Río Gallegos, Perito Moreno, Las Heras, Puerto Deseado, Puerto San Julián, Piedra Buena, Gobernador Gregores, Puerto Santa Cruz y Lago Argentino.
O’Byrne explicó que el año que terminó fue particularmente “dramático” para el sector, ya que fue uno de los más secos de los últimos 80 años. “Hay lugares donde no corren los ríos, las napas de agua han desaparecido y no hay agua en superficie”, explicó el dirigente ruralista en una entrevista brindada a FM Dimensión de El Calafate. Tal como lo había señalado días atrás a este diario, el ganadero confirmó que esta sequía impidió que crecieran las pasturas naturales, único alimento del ganado que es criado a la manera tradicional, en forma extensiva.
Esto sumado a los efectos de los depredadores naturales y humanos (abigeato), más el principal punto en contra, tanto como la sequía, el hecho de cada vez es más numerosa la presencia de guanacos en el campo que le quitan el alimento natural a las ovejas al tiempo que compiten con ellas también por el agua, es para los ganaderos “la tormenta perfecta” indicó O’Byrne.
El panorama es realmente desolador: “el promedio habitual de cordero logrado en la provincia ronda el 65 por ciento, y este año dudamos que se llegue al 30 por ciento”, alertó O’Byrne en el programa Radio Activa. Esto significa que cada 10 madres solamente 3 logran criar un cordero. “Una enorme cantidad de crías se murieron de hambre o fueron abandonadas por sus madres” afirmó.
Así las instituciones ya piden desde el año pasado que se declare la emergencia agropecuaria. El presidente de la FIAS señaló que recién a principio de abril se va a terminar de evaluar completamente la situación, pero remarcó que “está muy claro que el impacto es enorme y por eso el pedido de emergencia”.
Desde diciembre existe una resolución del Consejo Agrario declarando el Estado de Emergencia (ver aparte) o Zona de Desastre Agropecuario a la provincia, pero aún no se ha firmado el decreto correspondiente por parte de la gobernadora Alicia Kirchner que ratifica la misma, el que luego se debe elevar acompañando la petición para que el Ministerio de Agricultura haga lo propio a nivel nacional.
Declarar la emergencia, de todas maneras, sólo otorgaría paliativos que le permitan un poco más de oxígeno, sobre todo fiscal, a los ganaderos, pero lejos está de constituirse en una solución definitiva.
Pérdidas cuantiosas
En la actualidad los ruralistas estiman que más de 400 mil corderos no van a estar ni para la venta ni para la reposición de animales viejos en la majada. Y entre 150 y 200 mil ovejas adultas ya han muerto o van a tener que ir sí o sí a frigorífico, estén como estén, porque no tienen comida.
El presidente de la FIAS agregó que la pérdida de corderos y la mortandad de adultos significan para los productores una pérdida no menor de 500 millones de pesos. “Eso sin contar aún el perjuicio que se va a generar por la pérdida de la lana, ni las mermas que está habiendo con los vacunos”, agregó.
Más de 350 establecimientos rurales en toda la provincia ya están vacíos o cerrados, y año a año la suma crece. En el departamento Güer Aike ya se notificó el cierre de 6 campos, y en Corpen Aike y Magallanes otros 5.
El golpe al sector es muy grande y sus efectos se van a ver más adelante. “Lo que se prevé para 2017 y 2018, si no mejoran las condiciones, va a ser absolutamente alarmante”, advirtió O’Byrne, al tiempo que señaló que esto implica que para la próxima zafra habrá una menor cantidad de animales adultos, más envejecidos y en peor estado, “si no llueve”.
(Fuente: La Opinión Austral.)
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