Las llamadas “fake news” fueron el tema principal de un panel de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas durante la 163ª Reunión de la Junta de Directores de la entidad, en la que distintos especialistas de medios y empresas tecnológicas elaboraron diagnósticos y propusieron soluciones para el tema.
Martín Etchevers, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de Adepa, fue el moderador del panel y consideró que “el fenómeno no es nuevo, pero sí está tomando nuevas formas y nuevas dinámicas a partir de la expansión de las redes sociales”.
Sobre esa afirmación, Etchevers hizo la introducción a la charla, preguntando si la existencia y proliferación de noticias falsas es un fenómeno derivado de un negocio, o si son una herramienta de propaganda política de gobiernos populistas para desacreditar al periodismo.
Una aproximación para comprender la dinámica de las “fake news” la aportó el coordinador académico de la Universidad Austral, Fernando Ruiz, quien consideró que existen tres causas para la “actual epidemia” de esas noticias, siendo la primera la revolución en el sistema de medios -que “desarticula el régimen de verdad”- a partir del cambio digital.
En segundo lugar, Ruiz consideró al crecimiento en el mundo de regímenes políticos autoritarios y populistas, que “fomentan la polarización” y son un “caldo de cultivo” para las noticias falsas, algo relacionado con la tercera causa, relativa a las audiencias y las actitudes que toman, al tener una “vocación por buscar información relacionada a sus creencias”, metodología que tiende a desjerarquizar las noticias que las contradicen.
El experto también se refirió a la proliferación de causas endógenas dentro de los propios medios de comunicación: por ejemplo, una “actitud del periodismo en América Latina” que tiende a transcribir declaraciones, por lo que, al obrar de “difusor y megáfono”, se desdibuja el rol de incitar al pensamiento y el debate.
Por último, el especialista mencionó la necesidad de tener otra actitud ante el error, porque si el periodismo es una “refinería que procesa información”, debería existir una relación con el error “más amigable”; al poner como ejemplo la “cultura permanente de la autocrítica” en el periodismo de Estados Unidos.
Agustino Fontevecchia (periodista del diario Perfil), por su parte, realizó también un diagnóstico sobre la situación enfocado en la utilización de las redes sociales, tanto de la audiencia como de la apropiación que realizan los medios de comunicación de alguna información que allí circula, así como “la priorización de la cantidad por la calidad para tener más clicks: buscando ‘ser parte’, los medios somos grandes culpables”, dijo.
Con ejemplos concretos, Fontevecchia refirió también al modelo de negocios de internet, donde “se regalan o se venden contenidos a precio muy bajo para llegar a audiencias masivas”, de modo que quien inventa una noticia falsa de gran impacto, puede lograr una ganancia considerable a partir de la viralización del artículo.
El periodista esbozó algunas respuestas pensando en soluciones al problema, como por ejemplo, “buscar formas de chequear la información”, priorizar la calidad y, desde los medios, apuntar no a la cantidad de clicks sino al tiempo de permanencia en un artículo.
La búsqueda de soluciones fue el eje central de la exposición de Gastón Roitberg (La Nación) , quien mencionó como necesario reforzar la veracidad del emisor para no valerse de fuentes falsas y afectar la credibilidad del medio; y buscar mecanismos, desde la plataforma de distribución, para chequear la autenticidad de la información.
Matías Attwell, (experto de Google), mencionó que existe la intención de la empresa de colaborar con los medios de comunicación para evitar la proliferación de las fake news, a través de mecanismos como el “fact checking” (chequeo); así como también en generar modelos de negocios alternativos para llegar a audiencias.
(Fuente: Télam.)
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