El doctor Alberto Luciani dijo que antes del hecho, Manse había sido víctima de golpiza de Álzaga, el que llevó a Garrido al lugar de los hechos.
El doctor Alberto Luciani, basó su alegato en que el imputado que defiende, Manse, actuó por miedo, ya que Alzaga anteriormente lo hostigaba físicamente.
“Lo que determina un caso penal son las pruebas y no lo que determina los sentimientos. Nadie está contento con lo que pasó. Fueron hechos graves, dañosos, pero no hay que perder el contexto de qué es lo que pasó antes. Porque si no contamos solo una parte parcial de la historia”, dijo Luciani.
“Las dos partes acusadoras tienen acreditado el dolo por la dirección de los disparos. Contradiciéndose porque, parte de los relatos sostienen que, dado que el vehículo en el que se conducía Álzaga tenía los vidrios polarizados subidos, no se podía divisar ni siquiera quién estaba adentro. Por lo tanto, los disparos efectuados en el lado del acompañante no tienen por acreditado el dolo que quieren hacer ver las partes acusadoras”, agregó.
Después, Luciani dijo que “se mencionó que el vidrio del acompañante estaba roto y no se bajaba. Esto no fue probado, ni evidencia objetiva, por lo que es una simple manifestación”.
“Intentan contradecir a los testigos que han declarado, y aportaron las condiciones que para ellos era lo que vivieron. Y los que ejercemos el derecho penal que es muy difícil que los testigos declaren lo mismo a lo largo del tiempo. Eso se ha demostrado incluso con estudios científicos que el tiempo es un factor de gravitación esencial como para que los testigos olviden o recuerden cosas. Y cada una de las personas irá recordando de acuerdo a su psiquismo, y a su propia historia mental también. El testimonio de las personas no es un dato objetivo como si fuera un cassette. Tal así es que personas pueden recordar cosas distintas en lo que sucedió”, expresó ante los jueces.
“En un matutino se explayaron circunstancias que fueron al revés de lo que dijeron los testigos. Entonces queda patente que circunstancias que se explayaron ayer lo distorsionan”, acusó Luciani.
“Por otra parte, basan la acusación en el testimonio de una persona que, a criterio de esta parte, no tiene la credibilidad necesaria, que es Álzaga. El debería haberse hecho cargo y no hacerse la víctima acá, que puso a la vitima en riesgo, si él no hubiera llevado a Garrido en el lugar de los hechos. Qué tenía que hacer Álzaga a las cinco de la mañana buscando hielo a la casa de la suegra. Evidentemente que las partes acusadoras tomaron con liviandad ese testimonio interesado de Álzaga, quien no solamente puso a la víctima (Garrido) en grave riesgo, de la que ahora intenta desentenderse, sino que tampoco valoraron las circunstancias anteriores”, indicó.
“Se acreditaron daños graves a la salud de Manse propinados por este sujeto”, afirmó.
“Quién era Álzaga para hacerse el justiciero de golpearlo a Manse por un hecho que ni siquiera denunció. Quien era Alzaga para andar parando a Manse en los semáforos. EL miedo de Manse con Álzaga es un temor que no tiene elementos objetivos que lo justifiquen. O sí hay elementos”, manifestó.
“Habló de que Alzaga le pegó a Manse. Quedó acreditado la golpiza, de que Alzaga se maneja con patota”, manifestó.
(Fuente: La Vanguardia del Sur.)
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