El pasado 2 de septiembre se registró una aproximación no habitual del buque hidrográfico ARA Puerto Deseado a la zona marítima bajo control exclusivo de las autoridades británicas, ubicada a unos 40 kilómetros de las islas Malvinas.
La información fue publicada este miércoles por el sitio kelper H I Sutton, que suele reportar la actividad de las fuerzas militares acantonadas en el archipiélago, y confirmada por Infobae con altas fuentes de la Armada Argentina.
Según da cuenta el informe, el Puerto Deseado partió el pasado 20 de agosto desde Ushuaia para realizar una campaña científica en las inmediaciones de Banco Burdwood, también llamado Namuncurá. Este sector ha sido declarado en 2013 por la Argentina como zona marítima protegida y es objeto de constante supervisión científica y técnica. El accidente geográfico se encuentra ubicado a unos 150 kilómetros al este de la Isla de los Estados y a unos 200 km al sur de Malvinas.
De acuerdo con la publicación, el buque argentino operó en la zona prevista, pero el 2 de septiembre, ya alejado del banco, se aproximó “demasiado a las islas desde el flanco suroeste”, apagando presuntamente su sistema de identificación satelital a distancia (AIS) para no ser detectado.
La misma fuente indicó que, ante la situación, el buque militar HMS Clyde recibió la orden de salir de su apostadero para interceptar a la nave argentina y se dirigió a toda velocidad al encuentro del Puerto Deseado a las 16:57. La maniobra de interceptación finalizó a las 19:17, dado que el buque oceanográfico reconectó su equipo AIS y cambió de rumbo hacia el puerto de Ushuaia, donde arribó en horas de la tarde del día siguiente.
Fuentes de la Armada Argentina explicaron que la nave afrontó en medio de su operación un fuerte temporal que debió ser capeado (ponerle la proa a la tormenta), lo que colocó a la nave en rumbo de aproximación hacia las Islas. Indicaron que el hecho fue avisado a las autoridades navales británicas y que la penetración en la zona de tránsito restringido no se llegó a concretar, ya que la nave retomó su rumbo de regreso al continente en cuanto el clima lo permitió.
Por otra parte, desde la Armada negaron la presunta desconexión del posicionador satelital. Dijeron que es muy probable que fruto del temporal se haya perdido en algún momento el enlace satelital de la nave.
Lo que hay que saber
En 1990 Argentina y Gran Bretaña firmaron el denominado “Tratado de Madrid” con el objeto de fijar reglas de convivencia armónica entre ambos países, asumiendo el hecho de que más allá de la reivindicación de soberanía irrenunciable sobre los territorios ocupados, en el día a día las autoridades políticas y navales destacadas en el extremo sur del país deben coexistir con sus homólogos ingleses y resultaba necesario crear un marco que facilite la convivencia.
Los sectores más duros de la lucha malvinera llaman a este tratado el Versalles Argentino, pues consideran que el país ha aceptado explícitamente a Inglaterra como país limítrofe. Contrariamente, los defensores del acuerdo sostienen que cuestiones humanitarias como la búsqueda y rescate marítimo no podrían hacerse sin fijar reglas de convivencia.
El tratado establece, entre otras cosas, la información recíproca que los gobiernos deberán hacer sobre movimientos de unidades militares, navales y aéreas en la región, como así también el fin de la llamada zona de exclusión de 200 millas náuticas alrededor de las islas, impuesta por Inglaterra en abril de 1982, que se reduce a 25 millas y constituye una suerte de mar territorial.
Respecto a la información recíproca sobre operaciones militares, esto se torna obligatorio para las partes cuando intervengan cuatro o más buques o aviones, participen más de 1.000 efectivos o se contemplen más de 20 despegues de aeronaves de combate. En otro apartado, se establece también que se deberá avisar con 48 horas de anticipación cualquier aproximación de un medio naval de una parte a menos de 50 millas de la costa bajo control de la otra parte.
El “Puerto Deseado”
Es un buque oceanográfico construido para el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) botado al agua en 1976 y que a través de un convenio es tripulado náuticamente por personal de la Armada Argentina, completando su dotación personal científico del organismo civil de investigación. Si bien tiene comando militar, la nave no está artillada y su casco está pintado con los típicos colores antárticos que, lejos de ocultar su presencia, la destacan. Es el apoyo natural al Rompehielos Almirante Irizar durante la campaña antártica de verano y fue utilizado para las tareas de batimetría de la plataforma continental argentina, que desembocaron en el reconocimiento que recientemente la ONU efectuó al reconocer al país una extensión de la misma hasta las 350 millas náuticas.
Efectivamente, las fuerzas armadas coloniales activaron los protocolos de respuesta para casos de “intrusión”. Pero el despliegue pareció deberse más a una prueba interna de mecanismos que a una preocupación real. Las fuentes diplomáticas consultadas por Infobae no dan cuenta de ningún reclamo o protesta por parte de la Cancillería Británica o la propia sede diplomática de la corona en Buenos Aires, lo que daría por sentado que para las autoridades de Londres el presunto incidente no reviste gravedad.
En la actualidad, los gobiernos de ambos países trabajan en una política de distensión y confianza mutua (que cosecha elogios y críticas). En el marco de esa política fueron posibles las tareas de identificación de los restos de los ex combatientes argentinos enterrados en Darwin, el análisis de una política de vuelos comerciales entre el continente y las islas y el control de la pesca ilegal realizada por buques de terceros países, entre otros temas.
(Fuente: Infobae.)
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