Caso Chocobar: Con contradicciones, Azzolini intentó despegarse del homicidio de Marcela

Uno de los imputados cambió su versión de los hechos y trató de desligarse de la responsabilidad de, mínimamente, haber participado en la desaparición de los restos. A través de su defensa, intentó complicar la situación de Biott. El perito forense dijo que “se necesita cierta destreza para descuartizar el cuerpo”.

*Por Martín Muñoz Quesada

En la cuarta jornada del juicio por el crimen de la joven trans, uno de los imputados trató de dar un giro de 180° en la causa e intentó, inútilmente, despegarse de la responsabilidad del hecho, cambiando su versión de la historia.

Se trata de la versión de Angel Azzolini, el joven que vivía con el otro imputado y que, momentos antes de la pelea entre Oscar Biott y Marcela se había quedado en la cabaña de la calle Gregores.

En la tarde de ayer el Dr. Guerrero, a cargo de la defensa de Azzolini, informó al tribunal encabezado por el Dr. Yance que su pupilo estaba dispuesto a prestar declaración indagatoria por el mencionado delito.

La solicitud cayó como una bomba en el recinto y, luego de un cuarto intermedio, Azzolini fue sentado en el banquillo y comenzó con su “nuevo” relato. Con una serie de inconsistencias y contradicciones, el imputado contó historia similar a la que había contado durante la etapa de instrucción hasta que, Biott y él, llegaron a las inmediaciones de Russia.

A partir de este momento, Azzolini cambió sustancialmente su historia y se lo notó más nervioso. Aparentemente con un libreto aprendido en estos días, el imputado aseveró que solamente Biott iba a tener relaciones con Marcela pese a que, hace unos años, Azzolini había dicho que ambos iban a intimar con la joven trans.

En la continuidad de su nuevo relato, casi al borde de poder ser denunciado por falso testimonio, Azzolini dijo que en realidad no estaba dormido cuando vio que Biott entraba “a buscar algo a su pieza y después irse”. Ayer indicó que en realidad “me había quedado terminando el vaso de tequila con coca en un costado y vi cuando Biott entró y después se fue”.

Durante la instrucción, Azzolini había indicado que, el día después de la pelea entre Biott y Marcela, Biott le había dicho a él que “íbamos a buscar el cuerpo para descuartizarlo y desaparecerlo”. Ayer, la historia cambió, Azzolini dijo que: “Biott me había dicho que busquemos a la chica y que la auxiliemos, me dijo que llevaba agua en la mochila, pero después vi que llevaba nafta, bencina y un cuchillo largo de unos 30 centímetros de largo con el mango amarillo”.

Respecto del lugar donde habría ocurrido el ataque, el mismo aun no está muy claro para Azzolini, hace un tiempo dijo que buscaban por el San Benito, pero, ayer, dijo que era aún más atrás “por la zona de Cruz del Sur o del hotel transitorio Eros”.

Respecto de los días posteriores al hecho y desaparición de la joven trans, Azzolini dijo que, un día, estando en la cabaña escuchó a Biott hablando con un amigo de Córdoba. “Lo escuché decir: sin cuerpo no hay delito. De eso me acuerdo patente”, aseveró Azzolini.

El jueves siguiente, cuatro días después del ataque, Azzolini estaba limpiando el patio y quemando basura en el patio de la cabaña de la calle Gregores, según él: “Biott vino y tiró ropa arriba del fuego, no alcancé a ver de que era, si de hombre o de mujer”. Aquel mismo día, pero horas antes, Fioramonti –un amigo de Biott- había llegado a la casa y “en un momento, Biott se quebró y le contó que capaz había matado a una chica travesti. Fioramonti nos dijo que veamos las noticias porque habían encontrado el cráneo de una chica trans”, pese a que ya quedó acreditado que el cráneo fue encontrado diez días después.

En la continuidad de su nueva historia que hacía agua por todos lados, Azzolini dijo que el día después, Biott le pidió plata para comprar un boleto de avión a Caleta Olivia porque su madre estaba con problemas de salud. “En un momento, él se puso agresivo, me agarró del cuello y me dijo que le dé plata para el pasaje o me iba a pasar lo mismo que le pasó a la chica esa”, aseveró.

“Yo había perdido a mi mamá el año pasado y desde lo más profundo de mi corazón, cobré el domingo y le compré el pasaje a Comodoro” dijo Azzolini. Comodoro es el viaje más cercano a Caleta Olivia desde Río Gallegos.

Contradicciones

En ese momento del relato, el Dr. Yance decidió interrumpir la declaración de Azzolini y le hizo saber sobre las incoherencias o, al menos, las contradicciones que había dicho en su declaración.

El acusado se escudó en el olvido ya que “ya pasaron como 3 o 4 años”. Repreguntado sobre algunas cuestiones, apeló a algo que no pasó desapercibido por los asistentes al recinto que despertaron un murmullo que duró unos segundos: “en la instrucción, declaré cosas que no me acuerdo bien porque sufría abstinencia por el consumo de las drogas, más precisamente, por marihuana”, indicó.

Para concluir con su indagatoria, el imputado dejó unas frases políticamente correctas que rozaron la demagogia. El dijo que nunca supo dónde estaría el cuerpo de Marcela, pero que “de todo corazón, si lo supiera, lo devolvería para que la puedan velar”, y agregó: “yo sufrí situaciones similares en un pasado, y acompaño a la familia de Marcela en el sentimiento y en el dolor”.

Pericias

Horas antes, durante la primera etapa del debate, el doctor Echandi, a cargo de la autopsia del cráneo de la joven trans en su momento, dio una magistral exposición en el marco del caso que se encuentra siendo juzgado.

Con ayuda de un proyector, el profesional dio una clase magistral sobre la materia y sobre su trabajo durante la autopsia realizada en el cráneo de la joven trans.

Antes de comenzar con la exposición, el Tribunal dispuso que en el recinto solamente queden las partes intervinientes y los periodistas, que no podían tomar imágenes de lo proyectado. Asimismo, se invitó a los familiares de la víctima a que se retiraran del lugar, pero bajo el lema “hemos sufrido tanto que ver algo más no nos va a afectar”, estos decidieron quedarse en el interior.

El portal “La Opinión Austral” estuvo y conoció detalles de lo expuesto por el doctor Echandi, quien comentó cómo fue su trabajo desde el día en que la jueza Roxana Suárez les solicitara que realizaran la autopsia en el cráneo hallado en la esquina de las calles 22 y 25 del barrio San Benito, días después de la denuncia de la desaparición de Marcela.

El profesional indicó, desde un primer momento, que el clima hostil que asediaba a la ciudad por aquellos días afectó su trabajo. “En esa semana se registraron temperaturas que oscilaban entre los -2° y los 5°, además había ráfagas que superaban los 70 km/h”.

Tras mostrar imágenes de otros fallecidos, como el cuerpo de un joven que fue hallado sin vida en una laguna de nuestra ciudad capital y el de Héctor Rogel (el peón que fue encontrado con un disparo en la cabeza allá por agosto de 2017), Echandi evidenció cómo son los rostros de personas que pasaron días fallecidas a la intemperie y las diferencias que presentaba el cráneo de Marcela.

“Desde el primer momento, nos dimos cuenta de cierta instrumentación a la que fue sometido el cráneo encontrado, por fuera no había tejidos, pero abriendo la mandíbula encontramos tejidos que estaban en buen estado de preservación”, indicó el profesional mientras mostraba imágenes de la cavidad bucal de Marcela.

El profesional llamó “instrumentación” al trabajo delictivo que realizó alguien en su momento, ya que seccionó parte de la piel en puntos estratégicos para poder despellejar a la joven.

Para Echandi, esto quedó demostrado en tres puntos esenciales: en un rastro que dejó un elemento filoso sobre la zona de las cejas y en la zona de ambas sienes: “cuando realizamos una craneotomía (un ejercicio para retirar la piel de una cabeza y poder acceder al cráneo), por disposición de la Justicia, realizamos los mismos cortes que los hallados en este caso”, aseveró el profesional.

Respecto al encuadre del desmembramiento, gracias a su experiencia, el perito indicó que se trató de un hecho criminal en el que se intentó esconder un cuerpo y fue un descuartizamiento a la defensiva, realizado post mortem.

Echandi además aseveró que quien lo hizo “es alguien que cuenta con la destreza necesaria, que mínimamente tiene conocimientos básicos”. “En general, quien lo realiza ya sabe de antemano que lo va a hacer, dónde lo va hacer y dónde va a esconder los restos”, indicó, aunque hizo una salvedad: “durante la pericia no se pudo determinar si hubo conservación o preparación de los restos durante la instrumentación”.

Al ser consultado sobre la posibilidad de que animales hubieran atacado los restos de Marcela, indicó que no se hallaron restos de mordidas de perros o alguna cuestión que diera cuenta de esa posibilidad.

Durante toda la exposición del perito, los acusados mostraron actitudes diferentes: mientras Azzolini estuvo mirando al suelo en todo momento, Biott miraba atentamente a la pantalla y seguía con sus ojos al doctor, quien fundamentó cada uno de los pasos y cuestiones que realizó durante la autopsia del cráneo.

De igual manera, el perito dijo que la ausencia de insectos fue fundamental para determinar que el cuerpo de Marcela fue diseccionado en un lugar y luego abandonado en el San Benito: “incluso cuando el cuerpo lleva horas de muerto, en nuestro clima, ya se hace presente la mosca casera que deja larvas en los restos, esta vez no encontramos nada, por lo que se supone que el cuerpo llevaba poco tiempo en el lugar hasta que fue encontrado”.

El doctor Raúl Guerrero, a cargo de la defensa de Angel Azzolini, intentó incriminar a Oscar Biott. El letrado le preguntó al profesional si el trabajo de instrumentación podría haberlo hecho alguien que tuviera conocimientos para faenar o despostar animales, a sabiendas que en los primeros días del juicio quedó acreditado que Biott era hábil con el manejo de cuchillos y que incluso Daniela Juárez (su ex pareja) indicó que una vez vio cómo carneó un cordero en cuestión de minutos. “Puede ser, de igual manera no cualquier persona que se dedica a la faena animal está habilitada para desmembrar un cuerpo humano, aunque puede tener conocimiento de la técnica”.

Por último, el profesional indicó algo que parecía obvio, que era preciso un lugar en especial para realizar la instrumentación y no el aire libre o un lugar donde pudiera uno ser visto por alguien más.

Continuidad

Debido a la fatiga de los presentes y a la ausencia de dos peritos que trabajaron en las últimas diligencias psicológicas de la semana pasada, el tribunal encabezado por el Dr. Yance determinó que el debate pase a un cuarto intermedio hasta el jueves.

Para pasado mañana se espera que el debate sea retomado por última vez. Con el testimonio de los peritos de parte presentados por las defensas de los imputados, se espera que lleguen los tan ansiados alegatos y pedidos de sentencia para los encartados.

(Fuente: La Opinión Austral.)