Por cuarto año desde su creación el movimiento se hizo sentir en las calles.
Este lunes a las 17:30 la esquina de Carlos Pellegrini y Avenida de Mayo, a mitad de camino entre el Congreso de la Nación y la Casa Rosada, se llenó de carteles, de rostros de víctimas, de violeta, de verde, de canciones que repiten en diferentes versiones lo mismo: “Vivas nos queremos”. Detrás, el pedido que unió todas las voluntades, que nació hace cuatro años y se instaló como un grito que salió de las redes sociales y tomó la calle, #NiUnaMenos.
Cuatro años atrás, el 3 de junio de 2015, el movimiento que se había gestado en Twitter, cuando un grupo de mujeres comenzaron a darse cuenta de que había que hacer algo, una Plaza del Congreso llena, el violeta copando la multitud, la bronca por el índice de femicidios, daba cuenta de que había con qué dar pelea. Hoy son un hecho.
A las 19, las columnas que marcharon ya rodeaban el camión estacionado -en el límite de la avenida de Mayo y la plaza- que hizo de tarima. El que iba a ser el escenario oficial se rompió camino a la movilización y hubo que improvisar. De todas formas lo importante era estar, gritar, hacerse sentir.
Mientras se esperaba por las oradoras, los fotógrafos aprovecharon la ocasión para subirse al acoplado del camión desde el que se llevó adelante el acto y tomar imágenes en altura. Hubo algo en lo que todos coincidieron y que comentaron en voz alta: este año hubo menos gente que los anteriores.
Entre los que marcharon estuvieron los padres de varias de las víctimas de femicidios pero hubo una escena en particular que se robó las miradas de los que la tuvieron cerca.Marta, la mamá de Lucía Pérez, se abrió paso para abrazarse con Walter y Roxana, los papás de Carla Soggiu, la joven hallada muerta en enero pasado en el Riachuelo, tras haber desaparecido luego de activar el botón antipánico que tenía.
“Quise preguntarle cómo estaban, como personas después de haber perdido una hija”, resumió Marta en diálogo con Infobae, sobre la charla con los papás de Carla. Y agregó: “es importantísima esta marcha, porque así debe ser, ‘ni una menos’, el Estado tiene que estar presente, no podemos permitir que sigan muriendo mujeres”.
Con los ojos brillantes, rodeado de fotos de su hija Carla, Walter Soggiu adimitió que “se sienten muchas cosas”, en momentos así, en marchas como esta. “Estamos acá para marchar por Carla y estar también en los reclamos del resto, porque todos tenemos cosas que no están atendidas, nosotros no somos lo únicos que tenemos dolor”, compartió.
Esta tarde ya nadie discutió el término, ni dudó de lo que hay detrás de Ni Una Menos. Mujeres, trans, compañeros, colores que se entremezclan en pañuelos violetas, verdes, naranjas, negros, bombos que redoblaron como un llamado a la batalla, el lenguaje inclusivo, todos se encontraron.
El clima no fue el de apenas hace unos días, del 28 de mayo en que se volvió a presentar por octava vez el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), movilización que se craneó como un festival en la calle, con stands, con música, con la alegría de querer cambiar la historia. Este lunes en la calle hubo bronca, se habló de femicidios y sobrevoló la marcha un dato que no es menor: las muertes crecen.
Tras la última actualización del Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina, los datos arrojaron que en 2018 hubo 278 mujeres asesinadas. La cifra representa un aumento del 10,7% si se la compara con los 251 femicidios que se registraron en 2017. Por eso #NiUnaMenos no festeja; exige. Y los pedidos se multiplican.
En esta cuarta edición, en un 2019 electoral, entre los pedidos que se dieron a conocer desde la organización, ya no estuvo sólo el de “Libres nos queremos”, sino también “desendeudadas”. Un giro a los límites de la manifestación que comenzó a a pronunciarse en otros sentidos de la actualidad del país. Aunque esa fue una de las principales críticas que recibió este lunes la marcha, al menos en redes sociales.
A los reclamos del colectivo este 2019 se sumaron también este 3 de junio el de la declaración de emergencia por la violencia de género, la aprobación de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y la aplicación de la Educación Sexual Integral (ESI).
En paralelo a las marchas en Buenos Aires hubo movilizaciones tras la consigna #3J2019en distintas ciudades del país como La Plata, Salta, Mar del Plata, Jujuy, Tucumán y Córdoba; en esta última, el fin de semana pasado ocurrieron dos femicidios en las localidades de Viamonte y Anisacate.
Cerca de las 21, sobre el camión-escenario, se leyó el documento de la marcha y se le puso fin al cuarto #NiUnaMenos. El cierre quedó a cargo de las canciones que a viva voz propusieron desde el acoplado las oradoras y según la organización casi 100 mil personas siguieron en la calle.
El documento de Ni Una Menos 2019
(Fuente: Infobae.)
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