Por el caso se allanaron dos domicilios y se secuestraron elementos electrónicos. La denuncia la realizó la directora de un establecimiento educativo privado.
Un menor de edad era acosado sistemáticamente a través de la red social Instagram, donde compañeros habían creado un perfil para burlarse a través de “memes”. El hostigamiento era permanente y los estados se viralizaban a través de otras redes sociales, como Whatsapp y Facebook.
La directora del establecimiento educativo efectuó la denuncia en el Ministerio Público Fiscal de Puerto Madryn. El fiscal Daniel Báez, a cargo del caso, requirió determinadas medidas y la investigación, realizada por la División de Investigaciones Policiales a cargo del comisario Christian Vázquez Velázquez, permitió recabar la dirección de IP del usuario del perfil y se logró identificar a los administradores, que eran dos compañeros del mismo curso.
La tarde del jueves se efectuó el allanamiento y registro domiciliario de los domicilios, ubicados en la zona Sur de Puerto Madryn, donde se secuestraron los celulares y elementos electrónicos para realizar las pericias informáticas.
El ciberacoso o “ciberbullying” es un tipo de acoso que se lleva a cabo a través de las redes sociales. “Es una conducta intencional que busca dañar a la otra persona. Hay una relación de desigualdad entre ambos sujetos y además es estable en el tiempo. La causa tramitó como Grooming e instigación al suicidio”, explicó el fiscal jefe de Puerto Madryn, a la vez que sostuvo que “las investigaciones se deben a adaptar a este nuevo tipo de delitos, en los cuales sin bien el Código Procesal todavía no lo tienen totalmente incorporado los jueces autorizan las intervenciones”.
Báez se refirió a este tipo de acoso. “Internet ofrece muchas posibilidades. Desgraciadamente esto se aplica también a la hora de utilizar este medio como una herramienta para acosar a los demás. El hecho de aplicar las tecnologías hace que el acosador puede ser anónimo. Además, la víctima tiene una sensación de indefensión mayor que en otros tipos de agresiones, puesto que a causa de las redes el ataque le puede llegar en cualquier momento y lugar, y además no sabe cuándo se va a presenciar ni por parte de quiénes va a producirse”.
La licenciada Mariana Pastor es especialista en Psicología Clínica y explica que el acoso es “un continuado y deliberado maltrato y comportamiento cruel con el objeto de someter, excluir o intimidar. Estas conductas agresivas y abusivas se pueden realizar a través de teléfonos móviles”. “No sólo implica que la víctima no puede defenderse por sí sola, sino también que ésta y el agresor integran un mismo grupo escolar, donde poseen diferencia de estatus social. Es decir, en el ciberbullying agresor y víctima se conocen e interactúan “off line” en la escuela”, sostiene la profesional.
¿Qué efecto tiene en la persona este cyberacoso?
“El efecto que tiene sobre la subjetividad de la víctima es sumamente negativo. Se observa en estos jóvenes sintomatología compatible con cuadros de depresión y de trastornos afectivos. En la evaluación psicológica se destaca la presencia de baja autoestima, sentimientos de vulnerabilidad, de desesperanza, de abatimiento, ansiedad, entre otros”.
¿Y qué puede generar?
“Pueden llevar a los adolescentes a conductas de tipo auto-punitivas y auto-lesivas, incluso el suicidio. Es necesario destacar, que para los jóvenes la respuesta suicida se instala como una posibilidad de corte, de salirse de la escena de sufrimiento, es una respuesta de tipo mágica, que en la adultez adquiere otra connotación”.
Y agrega: “La Organización Mundial de la Salud establece que el suicidio ocupa el tercer lugar entre las causas de mortalidad durante la adolescencia, en tanto que la depresión constituye la primera causa de morbilidad”.
¿Qué pueden hacer los padres o adultos ante este tipo de situaciones?
“Los padres, los adolescentes y las escuelas tendrían la responsabilidad de crear un ambiente intolerante al bullying, haciendo explícitas las expresiones correctas e incorrectas de la ira, la frustración y los celos, sentimientos que se ven incrementados en la etapa adolescente, así como también de fomentar el respeto por las diversidades.
Las investigaciones señalan que este tipo de maltrato este pares se sostiene en actitudes homofóbicas, sexistas, racistas y discriminatorias. Por lo que se deberá trabajar tanto en el ambiente escolar como el familiar estas concepciones previas.
Se ha observado que las medidas más eficaces son las reparatorias ya que, más que la imposición de un castigo a quienes agreden, resultaría más efectivo el hecho de brindarles ayuda para que puedan desarrollar la sensibilidad e incrementar la capacidad empática”.
(Fuente: El Patagonico/Foto Archivo.)
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