A esa conclusión arribó un grupo internacional de científicos luego de siete años de investigación. El trabajo fue publicado en una revista científica.
Luego de un exhaustivo estudio de siete años de duración sobre la Patagonia, investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), junto a científicos de Chile y glaciólogos de la Universidad de California, Irvine (UCI) llegaron a la conclusión de que las capas de hielo glaciar en esta vasta región de Sudamérica son considerablemente más masivas de lo esperado.
Mediante una combinación de observaciones terrestres y métodos de sondeo por gravedad aérea y radar, los científicos crearon el mapa de densidad de hielo más completo de la zona hasta la fecha y descubrieron que algunos glaciares tienen un espesor de hasta 1.600 metros.
Sus hallazgos fueron publicados en la revista científica de la Unión Geofísica Americana Geophysical Research Letters. Hasta el momento no se contaba con mapas precisos del espesor del hielo en la zona.
La Patagonia Austral alberga los campos de hielo más grandes del hemisferio sur fuera de la Antártida, y sus glaciares se encuentran entre los de mayor dinámica del mundo.
Las observaciones de la elevación de la superficie a partir de la altimetría de los radares satelitales y las imágenes ópticas han demostrado que la mayoría de las placas de hielo de la región se han ido reduciendo rápidamente en los últimos cuatro decenios. La contribución al aumento mundial del nivel del mar a partir de su derretimiento ha aumentado a un ritmo acelerado durante ese tiempo.
Uno de los coautores, Eric Rignot, profesor de la UCI, manifestó: “No pensábamos que los campos de hielo en la meseta patagónica pudieran ser tan sustanciales. Como resultado de este proyecto de investigación multinacional, encontramos que en conjunto, las partes norte y sur de la Patagonia tienen claramente más hielo de lo previsto, aproximadamente 40 veces el volumen de hielo de los Alpes europeos”.
La coautora Gabriela Lenzano, investigadora adjunta del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA, CONICET-UNCu-Gob. Mza), dijo que los resultados de este estudio “ayudarán a la comunidad científica a explicar mejor las interacciones y consecuencias de la dinámica de las capas de hielo y el clima, en este ambiente frío, y el impacto en las comunidades y ecosistemas aguas abajo”.
Ubicación relativa de la extensión del trabajo. En colores se demarcan los sitios de trabajo, rojo el Campo de Hielo Norte, y en color azul y verde el Campo de Hielo Sur.
“Con un conocimiento más preciso del tamaño y la forma de los glaciares en esta región altamente protegida, gran parte de la cual está contenida en uno de los sistemas de parques nacionales más grandes del mundo, los investigadores y planificadores podrán modelar con mayor precisión los impactos del calentamiento global y planificar las posibles alteraciones de los recursos de agua dulce que sirven a sus habitantes”, expresó Andrés Rivera, investigador del Centro de Estudios Científicos (CECs) de Chile.
“Sorprendentemente, nuestra estimación del volumen total de almacenamiento de hielo en la Patagonia es mucho mayor de lo que se pensaba debido a la gran profundidad del hielo en algunos lugares. Esta enorme cantidad de hielo significa que los fiordos y lagos podrían expandirse hacia el interior durante muchos kilómetros si la recesión de los glaciares se mantuviera en el futuro”, agregó el científico chileno.
Los intentos anteriores de medir el espesor total del hielo se han quedado cortos, porque las técnicas tradicionales de sondeo eran limitadas. Para superar estos desafíos, los científicos volaron sobre grandes extensiones de terreno en helicópteros y aviones equipados con gravímetros, dispositivos que pueden determinar el volumen de hielo, leyendo los cambios del campo gravitatorio de la Tierra.
La adición de datos recolectados por glaciólogos del Centro de Estudios Científicos de Chile, que mapearon el espesor del hielo con una sonda de radar de baja frecuencia aerotransportada desde el 2002, fueron fundamentales para crear una descripción más completa de las condiciones de la región.
“Esta investigación ha sido mejorada y completada con éxito gracias a nuestra colaboración con colegas argentinos de IANIGLA (Gabriela Lenzano) con quienes hemos trabajado a ambos lados del campo de hielo del sur de la Patagonia, sin tener en cuenta la frontera política que divide a la región”, dijo el coautor Andrés Rivera, investigador del CECs.
El financiamiento para este proyecto fue proporcionado por la Gordon and Betty Moore Foundation, el Jet Propulsion Laboratory de la NASA y la misión Operation IceBridge de la NASA. (Fuente: IANIGLA)
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