Un equipo de investigadores integrado por especialistas de INTA Santa Cruz y de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral avanza en el emplazado de un módulo que permitirá el cultivo de vegetales de hoja verde en la Base Marambio. A fin de año, esperan tener las primeras plantas en producción.
Un equipo integrado por especialistas de INTA Santa Cruz y de la UNPA avanza en la instalación de un módulo hidropónico en la Base Marambio
Investigadores del INTA Santa Cruz y de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA), con el apoyo del Comando Conjunto Antártico, avanzan en la difícil instalación del Módulo Antártico de Producción Hidropónica para la Base Marambio, en Antártida.
Este sistema, en cuyo desarrollo y planificación se trabaja desde 2015, permitirá el cultivo de vegetales de hoja verde durante todo el año, clave para mejorar la dieta de la dotación de personal científico y militar.
Con temperaturas que pueden llegar a los 40 grados bajo cero, en la Base Marambio los científicos argentinos realizan diversas tareas de investigación, apoyados en las capacidades logísticas y técnicas del Comando Conjunto Antártico.
Jorge Birgi, especialista en producción hidropónica del INTA Santa Cruz, señaló que “el proyecto consiste en equipar con tecnología hidropónica un contenedor marítimo de seis metros de largo, el que contará con dos sectores de producción con tres niveles cada uno (seis niveles en total) y un sistema de monitoreo y relevamiento remoto de datos”.
Las especies de vegetales seleccionadas responderán a la demanda de alimentos de la base. “Por ahora, incluimos, rúcula, lechuga, perejil, albahaca y acelga. Además, consideramos la posibilidad de incorporar alguna aromática como cilandro”, detalló Birgi.
Desde la Base Marambio informó que “en este momento nos encontramos finalizando la construcción e instalación de la infraestructura de producción, el tablero eléctrico y la electrónica del sistema, que permitirá automatizar el módulo y optimizar su funcionamiento”.
La propuesta de producción de verduras en Antártida es de suma importancia para los integrantes de las dotaciones de la base, ya que resulta difícil acceder a este tipo de productos en forma regular en un lugar limitado a las condiciones meteorológicas y oportunidades de cargar en las aeronaves que operan en este sector. “Se espera con este proyecto, que el personal de la base pueda producir alimentos frescos y de calidad”, expresó Birgi.
Birgi explicó que “hacer que vegetales de hoja verde crezcan en uno de los climas más extremos del planeta representa un gran desafío. No sólo por las cuestiones logísticas y climáticas del lugar, sino por las estrictas normas para la preservación ambiente, que incluyen la imposibilidad de utilizar el suelo y el correcto tratamiento de los residuos generados por los cultivos”.
Las semillas serán monitoreadas y tratadas por el laboratorio de fitopatología de INTA Mendoza, que servirá además de apoyo al proyecto para garantizar la sanidad de los cultivos.
El sistema hidropónico desarrollado representa una muy buena alternativa de producción, ya que es muy eficiente en el uso del agua y permite un mayor control de los cultivos. De hecho, el equipo interdisciplinario espera que, a fin de año, tener las primeras plantas en producción.
(Fuente: Ahora Calafate.)
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