Basilia teme por su vida luego de haber tenido la fortaleza suficiente para denunciar a Z.C.CH., su marido, al que en la madrugada del sábado sorprendió intentando abusar de su hija de 18 años. La mujer fue apuñalada en uno de sus brazos en medio del forcejeo con el hombre al que finalmente detuvo la Policía. Pero ahora teme que regrese a la vivienda del Moure, por lo que pide que la Justicia y la Policía le brinden seguridad.
(Comodoro).- Basilia teme por su vida y la de su hija. Logró juntar las fuerzas necesarias para denunciar a su marido, Z.C.CH., ante la Policía e interponerse y defender a su hija para que no fuese abusada en la madrugada del sábado. Ahora teme que él regrese a la casa.
Ayer contó ante las cámaras de Canal 9 el calvario que vivió y le pidió a las autoridades judiciales y policiales que resguarden su integridad física ante el temor de que el hombre irrumpa otra vez en el domicilio. Dijo que su marido salió de la casa tomando un Dr Lemon el viernes, y que cuando llegó en la madrugada del sábado intentó abusar de su hija.
Relató que su marido primero llegó y se acostó, que tenía un olor fuerte, “como que había fumado algo”. Luego ella también se acostó y se durmió, hasta que la despertaron los gritos de su hija. “Me desperté y me asusté, escuche llorar y llorar a mi hija´; lo encontré justo estaba sacándole el pantalón a mi hija, estaba llorando mi hija, mi hija pensaba que yo había salido. Lloraba, lloraba y le decía ‘déjame no me hagas así, papi’” contó sobre lo que vivió esa noche en la vivienda familiar del barrio Moure.
Basilia ingresó al dormitorio, pese a la traba que el hombre colocó, y comenzó a forcejear con él. “¿Qué te pasa, qué te pasa hombre, qué le estás haciendo a mi hija?” le reprochó.
El hombre le decía que lo dejase, y en ese momento intentó encerrarse en la habitación trabando la puerta con un fierro desde el interior. “No vas a hacer nada” lo desafió Basilia, y comenzó a gritar. Pero ningún vecino la ayudó. Llamó al hermano de su marido y éste le reprochó al hombre lo que estaba haciendo.
El sospechoso comenzó a revisarle el teléfono celular a la jovencita, según el relato de la mujer, y decía: “yo tengo derecho”.
Basilia comenzó a pensar hacia dónde iría, temía que su marido prendiera fuego la casa. Es que la mujer no tiene a nadie en la zona, ya que ambos llegaron hace siete años de Bolivia y tienen cuatro hijos.
Basilia y su hijo decidieron denunciar al hombre por lo que había hecho y cuando éste se enteró que habían llamado a la Policía, saltó el paredón e ingresó al interior de la vivienda. Comenzó a increpar a su hijo mayor por haberlo denunciado.
“Vi que agarró el cuchillo, lo agarré y me dio en el brazo, llamé a la Policía, se rompió el cuchillo, lo sacó a mi hijo y lo mordió en la cabeza, quería salir y ya estaba la Policía, me salvó la Policía” contó a Canal 9 la mujer que esperaba ayer alguna custodia policial afuera de su casa.
POR LA POLICIA
“Tengo miedo. Estoy cuidando a mis hijos, cualquier rato puede venir, tengo miedo” repetía Basilia. La mujer pidió que la Policía llegue hasta Código 888, “para que nosotros estemos tranquilos, tenemos mucho miedo. Mis hijos tienen mucho miedo. Quiero que venga la Policía a vernos y nos ronde”, reclamó la mujer.
Z.C.CH. permaneció detenido el fin de semana y el lunes recuperó la libertad, al ser imputado el lunes por el Ministerio Público Fiscal de amenazas agravadas por el uso de arma blanca y por lesiones leves agravadas mediando violencia de género.
Ante el pedido de la Fiscalía se le dictó prohibición de acercamiento a la vivienda y a sus familiares directos, y deberá realizar presentaciones semanales ante la Oficina Judicial. Basilia no quiere convertirse en un caso más de femicidio y alertó sobre la situación.
Unos metros más allá de la vivienda de ella, residía Daniela Fernández Quelca, quien fue asesinada el 20 de junio según se investiga por su ex pareja en un descampado del Moure. Ambos también de nacionalidad boliviana.
(Fuente: El Patagonico.)
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