A veinte días del suicidio del docente Facundo Díaz, se conocieron los resultados de las pericias realizadas en el marco de la causa que investigaba el presunto abuso sexual a uno de sus alumnos de Jardín de Infantes. Los profesionales determinaron que no hay indicios de delito. El viernes habrá una marcha en memoria del educador.
*Por Sara Delgado
Este viernes habrá una nueva marcha en homenaje al docente Facundo Díaz, que el tres de noviembre se suicidó arrojándose a las aguas de la ría local.
Díaz estaba denunciado por presunto abuso sexual a un alumno del Jardín de Infantes Nº 44, que había determinado su separación preventiva del cargo y lo había puesto a cumplir funciones en el programa Re Sí, hasta tanto se dilucidara la investigación.
La causa por el presunto abuso, que lleva adelante la jueza Rosana Suarez, tenía pendientes la realización de las pericias a Facundo para el miércoles 7 de noviembre, y un día antes debía realizarse la Cámara Gesell al niño, sin embargo, la muerte del educador dejó trunca esa posibilidad.
Aun así, la pericia a la presunta víctima se hizo, y en la jornada de ayer trascendió que el resultado al que arribaron tanto los peritos de la defensa como los del Gabinete fue que no habría indicios de abuso sexual sino de problemáticas vinculadas al trastorno generalizado del desarrollo.
Este no es un dato menor, porque la denuncia contra Díaz no hablaba específicamente de un hecho que el niño hubiese descripto, sino más bien de un comportamiento que alertó a su familia y que fue explicado por los profesionales como indicador del trastorno del espectro autista.
El día que se realizó la Cámara Gesell estuvieron la defensora del Menor que fue asignada al caso y la propia Suarez.
Por otro lado, este diario pudo saber que la familia del profesor de música tendría intenciones de que la causa avance hasta que el nombre de su hijo quede fuera de cualquier especulación, en cuyo caso, debería realizarse una autopsia psicológica.
Hay que recordar que Facundo nunca estuvo formalmente acusado, imputado ni procesado, sino investigado por la sospecha que denunció la madre de un alumno que notó cambios en el comportamiento de su hijo.
Esa denuncia se presentó el 3 de septiembre, y el 4 de octubre fue separado del cargo, luego de que el Jardín recibiera una orden de inspección ocular. Durante las semanas que siguieron a eso, él contrató abogados.
Durante la semana previa a su muerte y luego de recibir la notificación de las pericias, el profesor tuvo un episodio de inestabilidad emocional y fue llevado al Centro de Salud Mental para una evaluación, porque aparentemente alucinaba. Fue medicado, pero no se lo internó.
(Fuente: La Opinión Austral.)
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