El interventor de YCRT, Aníbal Fernández, ingresó al interior de mina y destacó la labor realizada por técnicos, personal superior y obreros en el mantenimiento del yacimiento a pesar del ajuste aplicado por la Alianza Cambiemos.
En su segundo día en Río Turbio, el interventor de YCRT, Aníbal Fernández, ingresó al interior de mina y dialogó con los trabajadores en el módulo 5. “Después de entrar a la mina, sólo un tramo chico, enorgullece ver cómo el personal técnico, superior y obreros han conseguido mantenerla para que no se malogre”, afirmó. Todos los objetivos de la conducción actual de la empresa apuntan a un mismo lado: comenzar la producción cuanto antes. “No aflojaremos hasta estar produciendo carbón para generar energía en la usina y la venta en mercados que lo aprecien”, agregó Fernández.
Por la tarde, el funcionario mantuvo una reunión con el secretario general de ATE Río Turbio Walter Ramos, y el secretario adjunto Matías Delgado (sumados otros delegados). En diez días, visitará el puerto de Punta Loyola y regresará a la Cuenca con más definiciones sobre quiénes estarán a cargo de la explotación del yacimiento.
Marchantes neumáticos, rociadoras, guinches, taladros, intercomunicadores, bombas de agua y dispersores de aire. Dentro de Mina 5 todo está dispuesto para comenzar la producción, frenada desde agosto del año pasado, herencia del conflicto con la gestión de Omar Zeidán (Alianza Cambiemos).
El lunes a última hora, Fernández estuvo reunido con Raúl Paredes, Luis Pérez García y Miguel Soruco. Este último es un ingeniero en minas que se desempeñaba como subgerente de Explotación hasta que Zeidán lo echó. Y es la persona que podría retomar las riendas productivas de la compañía.
– ¿Cuál es el horizonte productivo que le plantearon los tres técnicos? -, preguntó La Opinión Austral al interventor Fernández.
– El horizonte productivo lo pondré yo, pero estamos en muy buen camino. Dentro de diez días volveremos con quien ya estará a cargo de la producción y empezaremos a diagramar un horizonte de producción.
Para obtener la cantidad de carbón que se necesita para la usina, según la planificación que existe hasta el momento, habría que sacar entre 1.200 y 1.300 toneladas por turno. Estas son las proyecciones puestas a consideración (y reformulación) por la nueva conducción. Actualmente, el régimen laboral para los mineros es de 4 turnos de 6 horas cada uno. Hay trabajadores que consideran que para obtener esos volúmenes habría que volver a 3 turnos de 8 horas cada uno.
Aníbal Fernández destacó el buen nivel de mantenimiento del yacimiento a pesar de la desidia de la gestión Zeidán. Según la información que le brindaron al interventor durante la recorrida por el socavón, una vez que se levante el paro no deberían pasar más de 20 días para que la mina comience a producir carbón.
Uno de los ejes del conflicto (re)iniciado en agosto del año pasado está vinculado a las medidas de seguridad dentro del yacimiento. Fernández firmó un documento junto a los delegados de ATE Río Turbio en el que se comprometieron a “revisar todos los elementos de seguridad”. Como parte del análisis de todos los contratos otorgados por la anterior administración, Fernández también pondrá la lupa sobre los ingresos en el área de Seguridad, uno de los elementos cuestionados por ATE.
– ¿Qué se puede decir de la posible alianza con China para exportar carbón? -, preguntó LOA al interventor.
– Lo único que sabemos es que fue un amigo de Macri quien intentó hacer algo así. Yo hablé con el embajador (Luis María) Kreckler, que es quien estará a cargo de la dependencia diplomática en China, nos juntaremos la semana que viene para que nos ayude formalmente para hacer un contacto de gobierno a gobierno y proyectar algo en términos de producción. Si tenemos posibilidad de producir, también deberemos resolver la posibilidad de llegar bien al puerto de Punta Loyola.
Ese mantenimiento que realizaron los mineros dentro del socavón se repite en la megausina. En 2015 había 79 personas abocadas a ese sector; hoy quedan 15. Desde hace algunos meses, los dos jefes de turno, Andrés Soriano y David Cassina, se organizaron para encender periódicamente cada uno de los equipos, rotular las 3.700 válvulas que existen dentro de esa estructura de 50 metros de altura hasta colocar las luces que la gestión Cambiemos nunca instaló. “Nuestro objetivo es que la nueva conducción vea todo el potencial de este proyecto y toda la inversión en tecnología realizada”, sostuvo Soriano en diálogo con este cronista.
(Fuente: La Opinión Austral.)
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