El gobierno nacional destinó 11.700 millones de pesos para sostener la política alimentaria y asistencia a comedores de todo el país, desde la implementación de la Tarjeta Alimentar en enero último y con la multiplicación de esfuerzos a partir de la irrupción del coronavirus en Argentina, materializados en programas y transferencias a las provincias y municipios.
Según un informe elaborado por el Ministerio de Desarrollo Social que conduce Daniel Arroyo y al que tuvo acceso Télam, la cartera aumentó en 4000 millones de pesos -desde el inicio de la cuarentena obligatoria- la partida de 7.700 millones destinada hasta marzo último a financiar la política alimentaria, a través de la Tarjeta Alimentar.
A partir del aislamiento social implementado el pasado 20 de marzo, del que el lunes se cumple un mes, el Ministerio de Desarrollo Social transfirió a las provincias casi 2.700 millones de pesos para ayudar a los comedores escolares y aumentó entre el 100 y el 150 % esas partidas, que no se actualizaban desde el 2015.
Voceros de la cartera explicaron que se trata de un “refuerzo” para la alimentación en las escuelas de las provincias que están “en situación de riesgo socio educativo”, implementado “de acuerdo con criterios de financiamiento establecidos en programas provinciales”.
“A los 7.700 millones de pesos mensuales alcanzados en marzo para la compra de alimentos vía la tarjeta Alimentar se incorporaron partidas adicionales por 4.000 millones de pesos distribuidos en diferentes mecanismos: transferencias a provincias y municipios, comedores comunitarios, comedores escolares y merenderos”, señala el informe.
Arroyo remarcó en el balance elaborado por su cartera que las líneas de asistencia “son parte de una política de descentralización de la compra de alimentos, que permitirá mejorar la calidad de la alimentación mediante el consumo de alimentos frescos e incentivar el compre local y el desarrollo de las economías regionales”.
En cuanto a los comedores escolares, comunitarios y merenderos sin lazos gubernamentales, las partidas presupuestarias fueron ampliadas en 2 mil millones de pesos y el ministerio conformó un comité de seguimiento sobre la situación particular de cada uno de esos espacios.
También, se organizó un sistema de viandas o módulos alimentarios y su distribución acorde a las medidas dispuestas para el distanciamiento social.
Lavandina, guantes descartables, kits de higiene y limpieza, bandejas descartables y afiches ilustrativos y explicativos con conceptos para la prevención del contagio de corononavirus fueron algunos de los materiales distribuidos en comedores y merenderos.
Al frente de esa logística comunitaria trabajan unos 580 mil inscriptos en el programa “Potenciar Trabajo” -lanzado por el Ministerio de Desarrollo Social para incentivar la economía popular- y a quienes se les pagó en marzo un bono extraordinario de 3000 pesos.
De acuerdo con el informe, en este universo está incluido el subgrupo conformado por unos 3000 comedores y merenderos de las organizaciones sociales, que recibirán transferencias programadas por un total de 917.092.645 pesos.
También se reforzaron las transferencias a provincias y ciudades para la compra de alimentos e insumos de limpieza e higiene, que alcanzaron un monto total de 500.000.000 pesos, de los cuales $ 335.000.000 fueron destinados a municipios de la provincia de Buenos Aires y $ 165.000.000 a gobiernos provinciales del resto del país.
“A partir de la readecuación de las partidas presupuestarias del Ministerio de Desarrollo Social y de la habilitación para la compra de insumos para la atención de la emergencia sanitaria se han programado transferencias a gobiernos municipales de la provincia de Buenos Aires”, explica el documento.
Con respecto a la Tarjeta Alimentar, desde su implementación alcanzó un universo de 1.100.000 de titulares -hasta marzo- y sus beneficios impactaron sobre unos 2.880.000 niños y niñas de hasta 6 años, embarazadas y discapacitados que reciben la AUH.
La inversión mensual del Tesoro Nacional hasta marzo había sido de $ 7.684.906.000, pero la pandemia obligó a suspender los operativos de entrega de la tarjeta programados para la última quincena de ese mes y abril pasado.
Por eso y ante la imposibilidad de distribuir las 400 mil tarjetas que faltan -algunas no pudieron ser retiradas de las sucursales bancarias-, el ministerio resolvió unificar esos montos con la Asignación Universal por Hijo, para que las familias puedan disponer del dinero para la compra de alimentos.
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