Los cementerios y servicios funerarios de Colombia, donde ya murieron más de 500 personas por coronavirus y casi 13.000 fueron contagiadas, no están preparados para un posible incremento del número de víctimas por la pandemia, principalmente en las zonas alejadas y pobres del país, reveló un informe forense divulgado hoy.
“En términos generales, los cementerios de zonas rurales no surgieron como producto de una planificación, sino como respuesta a la necesidad de las comunidades de tener un sitio para inhumar sus deudos, por lo cual no existieron estudios del terreno ni análisis de riesgos que previeran la situación actual”, señaló el informe elaborado por Equitas, una organización dedicada a la investigación forense.
La cifra de 509 decesos y de 12.930 casos registrados hasta obliga a pensar que si se desborda la cifra de muertes, “los cementerios no están en la capacidad de responder”, dijo la coordinadora de Equitas, Gina Camacho, en declaraciones a la agencia de EFE.
La situación se agrava si se tiene en cuenta que la disposición de los cadáveres depende de la capacidad de cada uno de los 1.200 municipios colombianos, muchos de los cuales no tienen siquiera cómo atender de manera adecuada a los enfermos de coronavirus.
La capital, Bogotá, tiene capacidad para hacer la cremación de 172 cuerpos por día y refrigerar 300 más, pero en los pueblos no pasa lo mismo.
Por ejemplo, en los selváticos departamentos de Amazonas, que tiene 871 enfermos y 29 muertos; y en el Chocó, en la región del Pacífico, o en La Guajira, en el norte, ni siquiera hay hornos crematorios, fundamentales en esta emergencia sanitaria.
Leticia, la capital del departamento Amazonas, se convirtió en menos de un mes en la ciudad de Colombia con la mayor tasa de contagios de coronavirus por habitantes y ya colmó la capacidad de su cementerio, informaron ayer fuentes oficiales.
En esas regiones “la disposición de los cuerpos en los cementerios municipales, veredales, comunitarios o fronterizos normalmente se hace en tierra o bóveda directamente porque no tienen ni la capacidad ni las medidas de bioseguridad para hacer la cremación”, añadió Camacho.
La situación “es preocupante” porque muchos de estos lugares “no cuentan con la infraestructura adecuada, presentan hacinamiento, deficientes o inexistentes sistemas de información y registro de los cuerpos que ingresan”, señaló por su parte la directora de Equitas, Diana Arango.
Para evitar una crisis similar a la de países vecinos como Ecuador y Brasil, en donde los servicios fúnebres se desbordaron, Equitas pidió a las autoridades colombianas que tomen medidas de prevención.
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