Gra y Diego comparten, además de la vida, la pasión por el Celeste de Santa Cruz. Hinchas de la “primera fila”, no se pierden partido, entrenamiento. Sea cual sea el resultado, cumplen un estricto ritual; el infaltable mensaje de aliento por medio de las redes sociales, que es retribuido por los jugadores y cuerpo técnico.
A lo largo de sus años en la Liga Nacional e incluso en épocas de Torneos de Ascenso, Hispano Americano supo forjar un sentimiento correspondido con su gente, que se acrecienta día a día. Entre las miles de anécdotas e hinchas que no conocen distancias ni fronteras, la historia de una pareja que comparte la pasion por los colores, pone de manifiesto este sentido de pertenencia. Graciela y Diego son el fiel ejemplo de amor entre ellos y con un club que representa no solo a su gente, sino a una ciudad, a una provincia
Casi religiosamente, cada vez que el celeste juega de local, son los primeros en llegar a la cita. Se ubican en sus lugares (ya que son socios y poseen hace años los mismos lugares) para ver la entrada en calor del equipo. Esa cercanía fue generando “cabalas” infaltables con algunos jugadores “con Larry O´Bannon, al comienzo del trabajo físico se acercaba a darle la mano a Graciela por más que seamos varios en el grupo, el Pato Tabarez saludaba recién solo cuando comenzaba a elongar, igual con Marianito Fierro o con Gonza Torres, grandes jugadores que han pasado por el celeste y que visitando gallegos siguen mostrando su carisma para con nosotros y con el club”
Hispano es una familia. Y si bien partido a partido se suman nuevas caras, hay hinchas que no faltan nunca “tenemos un ritual, que es saludar a los amigos que también llegan muy temprano antes de cada juego, como por ejemplo José Hidalgo y su amigo Don Ramón Lafuente, ir a saludar a periodistas amigos, después tenés gente de los cuales no sabes el nombre, pero sabes que están siempre, hace años. Es lindo ver como la familia acompaña, en nuestro caso siempre vemos a un señor que va con el nieto, es algo hermoso de ver cada partido”
El cambio de localía (estadio Juan Bautista Rocha) generó aún más cercanía entre el plantel y la gente, por ende las anécdotas se multiplican “me toco ser calmado por Kelsey Barlow, en un juego que se nos había cerrado el aro, yo cero inglés y él con su poco español me decía: tranquilo” al tiempo que destacan “párrafo aparte merece este plantel, el carisma de Nico Paletta, Pipi Barreiro, Juli Aprea, Fede Mansilla, Charly Buemo, y nuestro capitán Daniel Hure, en esta temporada jugando de local en el Rocha hemos tenido la suerte de estar pegado al banco, lo lindo es poder estar, y por así decirlo dar nuestro apoyo a nuestros jugadores, ser parte de esta historia de Hispano en la Liga Nacional”
Hispano Americano es “un club familiar, un lugar para querer” como jugadores, entrenadores y dirigentes coinciden en señalar cada vez que son consultados. El amor no conoce fronteras y Graciela y Diego lo saben y lo ponen de manifiesto cada vez que la voz del estadio dice “y aparece el Celeste de Santa Cruz”
Hispano Basquet Prensa
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