La Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), que conduce el dirigente docente Hugo Yasky, repudió “la agresiva campaña desatada contra el reconocimiento mundial hacia la política sanitaria del gobierno argentino para contener la pandemia de coronavirus en vísperas de la renegociación de la deuda externa”, y aseguró que “su capítulo infame en ese contexto fue el burdo ataque a la figura de Ramón Carrillo con el pretexto de su pretendido pasado filonazi”.
“Ese ataque es el capítulo infame de la agresiva campaña del imperio”, dijeron Yasky y el secretario de Comunicación de la CTA, Carlos Girotti, en un documento.
La central obrera sostuvo que las manifestaciones de Shimon Samuels y Ariel Gelblung, del Centro Simón Wiesenthal para América Latina; respaldadas luego por Galit Ronen y Mark Kent, embajadores israelí y británico en la Argentina, “se articularon en un combo brutal con las de Claudio Avruj, ex secretario de Derechos Humanos de Mauricio Macri y activo lobista de la derecha israelí”, puntualizó.
“Esos personajes coincidieron en denostar la figura del más grande sanitarista argentino a propósito de una supuesta edición de un billete de 5 mil pesos que llevaría impresa su imagen. Lo del pasado nazi de Carrillo es una infamia, pero el Banco Central (BCRA), además, desmintió el lanzamiento del billete”, agregó.
Los dirigentes repudiaron “la maniobra de injerencia de los gobiernos de Israel y Gran Bretaña” y denunciaron “la indisimulada complicidad de Avruj, cuadro político del macrismo y socio patronal del marido de Patricia Bullrich”, afirmaron.
“A pocos días del vencimiento del plazo para la renegociación de la deuda externa y en vísperas de un nuevo aniversario del histórico 25 de Mayo de 1810, la CTA condena este verdadero atentado a la soberanía nacional y convoca a los compatriotas a levantar la bandera celeste y blanca el lunes próximo”, enfatizó.
Carrillo, nacido en Santiago del Estero, fue el primer ministro de Salud de Juan Domingo Perón a partir del 4 de junio de 1946 y, como consecuencia de la contrarrevolución de septiembre de 1955 -llamada ‘libertadora’- debió exiliarse en Brasil, donde murió años después en Belem sumido en la más absoluta pobreza.
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