China, el principal socio comercial de Brasil desde 2009, es vista por el presidente Jair Bolsonaro con desconfianza, incluso la ve influyendo entre sus propios ministerios contra la visión del gobierno, alineado al cien por ciento con el Estados Unidos de Donald Trump.
Así se refleja de las declaraciones del propio presidente y del canciller Ernesto Araújo en la reunión de gabinete del 22 de abril cuya divulgación causa un terremoto institucional en Brasil, en medio de la pandemia de coronavirus.
El ministro de Economía, Paulo Guedes, incluso sugiere que China debe ayudar a Brasil con una suerte de Plan Marshall porque le adjudica responsabilidad en la pandemia.
Araújo, además, dijo que ve a Brasil como uno de los cinco países que en la pospandemia decidirán un “nuevo orden mundial”.
“Es una realidad, no podemos tapar el sol con la mano, ellos tienen gente plantada en algunos ministerios, aquí dentro. No queremos pelearnos con los chinos, necesitamos vender y ellos nos necesitan, sino no estarían comprando soja nuestra”, dijo Bolsonaro.
El Supremo Tribunal Federal divulgó ayer el video de la reunión de gabinete del 22 de abril para investigar si el presidente obstruyó a la justicia.
El presidente apunta en el video que en abril estaba leyendo sobre la actuación del servicio secreto chino dentro de Estados Unidos.
La falta de reacción y voluntad política del gobierno federal con la pandemia -salvo el Ministerio de Salud- llevó a gobernadores a buscar insumos directamente de China.
Sobre todo el gobierno de San Pablo, que abrió en 2019 una oficina comercial en Shanghai, y el Consorcio Nordeste, la unión de los estados de izquierda y centroizquierda que hacen una suerte de diplomacia paralela, sin el Palacio de Itamaraty.
“Debemos aliarnos con los que tienen afinidad con nosotros”, dijo Bolsonaro, quien dio a entender que no es posible pedirle ayuda al “Tío” (por Estados Unidos) luego de que se lo haya tratado de imperialista “igual que lo hace la izquierda” o como “hablaba en el pasado Fernando Henrique Cardoso”.
La relación con China alcanzó en abril tensión discursiva debido a declaraciones contra Beijing realizadas por el diputado Carlos Bolsonaro, hijo del presidente, y el ministro de Educación, Abraham Weintraub, quienes acusaron al gigante asiático de causar la pandemia de coronavirus.
El vicepresidente Hamilton Mourao, presente en en la reunión y considerado un nexo con China, al igual que la ministra de Agricultra, Tereza Cristina Da Costa Dias, no hicieron comentarios sobre lo que habló el presidente.
China ha sustentado en el primer cuatrimestre el comercio exterior de Brasil, su principal proveedor de granos.
Brasil es visto por los chinos como un competidor de Estados Unidos en el mercado de soja, más allá de los movimientos geopolíticos.
“China es como estos tipos que no te aguantás pero con los que tenés que hablar”, dijo Guedes, quien defendió en la reunión las reformas neoliberales de la dictadura de Augusto Pinochet en Chile.
Bolsonaro reivindicó en la reunión a la ex primera ministra británica Margareth Thatchter, citando una frase de que el primer interés es el diálogo con el pueblo, sin intermediarios.
En la reunión hubo una intervención del canciller Ernesto Araújo, que divisa un nuevo orden mundial tras la pandemia.
“En los últimos 30 años hubo una globalización ciega para el tema de los valores, de la democracia, de la libertad. Una globalización que tiene en el centro a un país no democrático, que no respeta los derechos humanos. Esta nueva globalizacíon no puede ser ciega”, dijo sin citar países.
Alentó que tras la pandemia podrá sentarse a negociar un lugar en lo que sería un nuevo modelo del Consejo de Seguridad de la ONU, que agrupa a las potencias nucleares mundiales.
“Brasil tiene hoy las condiciones de sentarse en la mesa de cuatro, cinco o seis países que van a definir el nuevo orden mundial”, subraya en el video del escándalo.
Brasil históricamente reivindica junto con India, Japón y Alemania un lugar permanente en el Consejo de Seguridad a lado de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, China y Rusia.
La embajada de China en Brasil reaccionó con un comunciado en el que no hace mención al video sino que reivindica la relación bilateral y la ayuda frente a la pandemia
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