El contexto económico social castiga duramente a los más postergados. La escalada inflacionaria oportunista al consumo familiar es permanente y no se detiene. Lo saben los trabajadores. La caída del poder de compra del salario, del ingreso familiar, se licua de manera diaria.
La realidad es incuestionablemente dura para todxs en este contexto general que, la cuarentena, profundiza aunque su invisibilidad pretendida, es inocultable y aflora.
Nuestra organización viene trabajando activamente y demandando al poder ejecutivo provincial una urgente convocatoria para discutir y consensuar un real aumento salarial de bolsillo que mitigue y achique el desfasaje salarial por tanto tiempo postergado, y permita al menos, la recuperación del valor adquisitivo del salario.
La realidad es dura. Pero nosotros como organización sindical consustanciados y conscientes del estado de situación que atraviesan los trabajadores y trabajadoras no podemos en esta instancia mirar para otro lado. Sabemos y somos consecuentes con ello, que no es con asistencialismo que se resuelven los problemas; pero, al menos, mitigamos el hambre de tanta gente que va en busca de un plato de comida a una olla popular, y en estos caso de referencia, las organizadas por las Seccionales de ATE Puerto Deseado y la Seccional ATE Calafate que tuvieron que hacer frente a la urgente demanda de los compañeros y compañeras. Y con ello, no hacemos sectarismo, no excluimos a nadie, pero nos es normal en un país que produce alimentos para 400.000.000 de personas haya gente en nuestra provincia que pasa hambre, que está sumida bajo la línea de pobreza, y muchos en la indigencia.
Lo hicimos y lo haremos como tantas veces sea requerida nuestra intervención. La dignidad se recupera con trabajo genuino y salarios acordes que den efectivo cumplimiento a lo establecido en nuestra Constitución Nacional en su Artículo 14. Ese, es nuestro norte y principal objetivo. Pleno empleo. Justicia social. Soberanía política y solvencia económica.
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