Ester Roa contrajo el Covid-19, no encontró cama para internarse y tuvo que permanecer en su casa mientras la monitoreaban por teléfono.
Según publicó el diario La Mañana de Neuquén, los médicos la monitoreaban por teléfono luego de que, al no hallar lugar en nosocomios de la zona, le pidiera a su hija volver a casa: “Si me tengo que morir, que sea en mi casa”, dijo Ester.
Y este viernes, finalmente, pudo salir, alzando un cartel que, lacónica y contundentemente, expresaba su sensación: “Gracias a Dios vencí al COVID-19”. Orgullosa, agradecida a la vida. Y expresó a sus vecinos: “Hagan caso a los médicos, al intendente, cuídense”.
Su familia y vecinos también celebraron el acontecimiento: llenaron la casa de globos y la esperaron en la calle a los bocinazos. Hasta el Municipio se hizo eco de la buena noticia.
Fuente: La Mañana de Neuquén
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