Una mujer de aproximadamente 40 años, integrante de la comunidad zíngara residente en Caleta Olivia que había dado positivo de COVID 19, rompió el aislamiento en la tarde de este miércoles.
Inicialmente se dirigió a la morgue del morgue del Hospital Zonal y luego al cementerio local para despedir los restos de un familiar adulto mayor que falleciera por causas naturales y se hallaba internado desde hace varios meses en el mismo nosocomio.
Más allá de las cuestiones humanitarias que argumentara, la gitana violó de manera negligente las normativas preventivas a la expansión del virus y ello motivó un fuerte operativo de bioseguridad en el acceso a la necrópolis por parte de la policía, de personal sanitario y de referentes del Comité Operativo de Emergencias.
Como resultado del mismo, los integrantes de al menos otras cinco familias zíngaras fueron obligadas a cumplir un período de cuarentena y la responsable del incidente fue llevada nuevamente a su casa por parte de efectivos del Comando Radioeléctrico que tuvieron que colocarse trajes encapsulados, pero además, el COE labró actas para ser elevadas a una instancia judicial, no precisándose si al foro federal o al provincial.
El operativo que duró más de una hora sin que se produjeran incidentes , se inició alrededor de las 18.00 y también motivó que personal de la División Criminalística procediera a desinfectar varios vehículos de las personas que habían acudido a la inhumación del cadáver.
No fueron aislados dos empleados del cementerio ya que ellos trabajan con un protocolo determinado para su función, según lo indicó a El Patagónico la subsecretaria de Relaciones Institucionales de la comuna e integrante del COE, Giselle Aguirre.
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