El intendente Fernando Cotillo aún no dio a conocer como se instrumentarán en Caleta Olivia las disposiciones emanadas del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) decretado por el Gobierno Nacional a requerimiento del Gobierno provincial, el cual también se hizo extensivo a El Calafate, en tanto que ya estaba vigente en Rio Gallegos desde principios agosto.
Las medidas excepcionales tienen como objetivo frenar los contagios de COVID 19 en las tres localidades que fueron declaradas como zonas de transmisión comunitaria, pero es evidente que no tuvieron gran efectividad en la capital provincial, donde los contagios activos siguen oscilando diariamente en el millar ya fallecieron 85 personas que estaban internadas en el Hospital Regional.
En el Decreto provincial por el cual se pone en vigencia el ASPO, se requiere entre otras cosas que los tres municipios intensifiquen prohibiciones de actividades y que controlen el cumplimiento estricto de protocolos en servicios considerados esenciales, instándolos a que apliquen multas y sanciones a quienes no las cumplan las disposiciones.
En la práctica ya no hay mucho que ajustar y las comunidades ya se muestran reticentes a seguir retrocediendo en fases de aislamiento que, además de generar serios perjuicios económicos y elevar los índices de desocupación, están causando preocupantes problemas psicológicos.
Es evidente que este compendio de instancias negativas, al margen de las cuestiones de salud, hacen que los intendentes planifiquen sus propias estrategias.
Así por ejemplo, Cotillo ya dejó entrever en breves entrevistas informales que concedió algunos medios periodísticos, que no hará grandes ajustes en lo que respecta a restricciones.
En tanto, su par de El Calafate, Javier Belloni, ya aseguró que no cambiará las medidas preventivas que se aplican en esa localidad para frenar la pandemia, tal como lo acordara con el jefe de Gabinetes de Ministros de la Nación, Santiago Cafiero.
El Patagónico
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