Se trata de Emanuel Orlandi de 31 años, el mismo individuo que el viernes 9 de octubre intentó ingresar a Santa Cruz por el límite interprovincial donde se encuentra la Comisaría Ramón Santos sin portar permiso de circulación alguno.
Había quedado aislado en un trailer emplazado en el mismo lugar hasta que dos días después una prueba de hisopado que le practicaron dio positivo de COVID 19.
A arribo manifestó que intentaba llegar a Ushuaia, argumentado de palabra tener domicilio en la ciudad fueguina y no pudo explicar como hizo para cruzar por varias provincias en medio de la pandemia sin que fuera demorado previamente en otros controles camineros.
El mismo domingo fue trasladado hasta un hospedaje de Caleta Olivia para que cumpliera un aislamiento de catorce días a la espera que negativizara el virus, controles sanitarios mediantes.
En ese ámbito quedó en evidencia que sus facultades mentales no eran las normales ya que provocó varios escándalos de proporciones, por lo cual los encargados de ese sitio llamaron la policía y a las autoridades del Hospital Zonal.
El COE finalmente determinó que quedara internado en una sala del nosocomio público pero alrededor de las 19.00 de ayer miércoles se escapó, constituyéndose éste en el segundo caso de pacientes COVID que protagonizan un hecho de estas características.
El primero, ocurrido hace pocas semanas, fue el una mujer de la colectividad gitana, Lucía Miguel, quien se fue un día antes de se supiera que ya habían negativizado el virus.
Vale señalar que no se trata de fugas enmarcadas en un contexto policial porque el aislamiento por casos del virus es una disposición consentida con personas infectadas, pero si se van están violando normas de seguridad sanitaria ya que ponen en riesgo al resto de la población.
En el caso de Orlandi, su escape no duró mucho tiempo porque pocos minutos después de dejar el Hospital fue interceptado en el módulo de control del acceso norte, cuando intentaba pasar por detrás de un trailler, esta vez en dirección contraria al inicial destino que había declarado.
Los policías que ya estaban alertados y buscándolo, le ordenaron que se detuviera y que se colocara un barbijo, pero Orlandi se mostró reticente a ello.
Finalmente se comunicó del hecho a las autoridades hospitalarias que volvieron a enviar otra ambulancia en su búsqueda para trasladarlo nuevamente a la sala COVID con estrictas normas de bioseguridad.
Pero esta vez, por disposición del comisario inspector Pablo Rodríguez, jefe de la División Regional Zona Norte, se dispuso que el individuo quede con una custodia policial permanente.
El oficial dejó en claro que “esto no significa en absoluto que por estar contagiada una persona quede en un hospital en condición de detenida, pero en vista de las circunstancias que se presentan, debe permanecer con custodia porque no acatar reglas de convivencia, sobre todo en una situación tan delicada que vivimos por la pandemia”.
Fuente: El Patagónico
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