Bajo estrictas medidas de bioseguridad, en la tarde es este martes fueron sepultados en el cementerio de Caleta Olivia los restos del vecino Félix Armando Morales, de 64 años, quien había dado positivo de COVID 19.
Se hallaba internado por una neumonía en el Hospital Zonal y pereció instantáneamente ayer al caer desde una ventana del primer piso al patio interno del nosocomio.
Oficialmente el caso está considerado como un suicidio, de acuerdo a lo que informara a medios periodísticos el jefe de la Regional Zona Norte de la Policía de Santa Cruz, comisario inspector Pablo Rodríguez.
Se presume quetomó esa drástica decisión cuando le comunicaron que se había contagiado del virus de la pandemia y que podría ser derivado a la Unidad de Terapia Intensiva debido a su comorbilidad preexistente.
Sin embargo, sus familiares y allegados no creen que Morales se haya suicidado y varios de ellos piensan que tal vez se acercó a una de las ventanas del primer piso para tomar aire pero expuso su cuerpo hacia afuera de manera peligrosa y se mareó.
Uno de sus más fervientes amigos, Carlos Alberto Rasgido, dijo a El Patagónico que lo consideraba como un hermano y que no le constaba que se haya suicidado porque en sus últimos mensajes que le envió por Whatsapp le decía que no veía la hora de tener el alta para volver a jugar al fútbol y compartir los acostumbrados asados, aunque también le contó que mientras estaba internado varias veces sintió que la faltaba el aire.
Su cuerpo fue retirado de la morgue del Hospital Zona alrededor de las 16.15 en la camioneta de un servicio funerario que, por pedido de familiares y amigos, se dirigió e ingresó a la cancha de fútbol del Club Catamarca ubicada en el barrio Gobernador Gregores.
Es que, años atrás, Félix Morales llegó a ocupar la presidencia de esa institución, últimamente integraba el equipo categoría súper masters e incluso continuaba colaborando con su club ya que era propietario de un multirrubro del mismo barrio y también era transportista de áridos.
La camioneta del servicio funerario se dirigió luego al cementerio ubicado en cercanías de la playa de tanques petroleros de Termap, seguida de numerosos vehículos que formaban una extensa caravana.
Al llegar a la necrópolis una guardia de policías informó a los deudos que por razones de bioseguridad a las que obligaba la pandemia inicialmente solo podía ingresar la camioneta que transportaba el féretro para ser enterrado.
Por ello su esposa e hijos debieron esperar muchos minutos en uno de los accesos laterales para depositar flores y darle el último adiós, pero incluso se les hizo saber que solo podían ingresar en grupos de a tres. Afuera también esperaban numerosos amigos, allegados e incluso jugadores de fútbol de varias divisiones del Catamarca Futbol Club y de otras instituciones de ese deporte.
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