Tagliapietra: “se muestran como supervisores de un supermercado”

Lo dijo en tarde del viernes desde Buenos Aires –vía Zoom-, en la audiencia de alegatos mixta (presencial y virtual) convocada por la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia, en la cual tanto defensores como querellantes fundamentaron con diferentes argumentos la apelación a lo resuelto por la magistrada.

En el caso de Tagliapietra, quien en un momento de su extensa exposición de quebró al recordar a su hijo (Alejandro) que era uno de los 44 tripulantes que perecieron, su pedido al tribunal de alzada fue que se revoque ese fallo y se acuse a los imputados por el delito de homicidio simple con dolo eventual agravado e incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos.

Además, requirió que se prosiga con la investigación para llegar a la verdad absoluta de los hechos pero apartando a la jueza Yáñez y nombrando a un juez “capaz, idóneo e imparcial”.

Subsidiariamente pidió que también queden imputados otros exjefes navales como Marcelo Srur (quien era titular de la Armada), José Martí Garro (que fue jefe de Operaciones), el expresidente Mauricio Macri y el exministro de Defensa Oscar Aguad.

Incluso solicitó que se conforme una comisión de expertos nacionales e internacionales para realizar una tarea que Yáñez obvió, cual es la pericia técnica de los restos del ARA San Juan en base a las fotografías y grabaciones que aportó la empresa naviera que halló al submarino, Ocean Infiniti.

Con su irónica calificación de “supervisores de supermercado”, Tagliapietra procuró decirle al tribunal que los altos oficiales que estuvieron involucrados en la tragedia, en mayor o menor grado, ahora se muestran como simples empleados de un comercio.

En rigor, sostuvo, son expertos en cuestiones navales, con intachables legajos de alta profesionalidad y procuran desentenderse de responsabilidades que llevaron a la muerte a los 43 hombres y una mujer que conformaban la tripulación del ARA Juan, lo cual lo llevó a decir que tuvieron y tienen “una actitud despreciativa hacia sus subordinados”.

“Aquí no se puede decir que hubo actos individuales” manifestó el querellante que representa a varias familias de los tripulantes fallecidos, argumentando que en la estructura de mandos y funciones “unos necesitan de otros”.

HIPOTESIS DE FALLAS Y DE UN ATAQUE

En otro pasaje de su exposición dijo que no podía descartar que la causa de la tragedia haya sido una falla en la válvula Eco 19 (del sistema de ventilación) por el cual pudo haberse filtrado agua de mar al balcón de baterías lo que originó un cortocircuito y posterior incendio, algo que aún no está debidamente probado.

Resaltó que el comandante de la nave (Tomas Fernández) ya había reportado ello luego de una navegación del mes de julio de 2017, pero misteriosamente la documentación relativa a ese y otros incidentes que tuvo a nave desparecieron de las oficinas de la base de submarinos de Mar del Plata, Por ello nade de eso se encontró cuando esas dependencias fueron sometidas a un allanamiento tardío, lo que –afirmó- es un claro indicador que gente de la Armada ocultó pruebas.

Seguidamente reactivó una inicial hipótesis que da cuenta que el ARA San Juan pudo haber sido atacado por una nave de guerra extrajera (otro submarino o una aeronave) dado que aún no está claramente interpretado el “evento acústico” que detectaron los sensores de un organismo internacional con sede en Viena (CTBTO).

Para abonar sus dichos citó una reciente declaración del actual ministro de Defensa de la Nación, Agustín Rossi, quien acusó de “soberbia imperial” al Reino Unido la Gran Bretaña por trabar las negociaciones que había hecho la Argentina con una empresa de Corea del Sur para la compra de avión de caza.

En ese sentido Tagliapietra manifestó que es inconcebible que los británicos aun mantengan el embargo de compra de armas contranuestro país, abonada por su hipótesis de conflicto (de Gran Bretaña) a 38 de la guerra por Malvinas, por lo cual retrospectivamente relacionó este hecho con lo que pudo haberle pasado al ARA San Juan.

Fuente: El Patagónico