Entre los dos aspectos que el Gobierno viene trabajando con personal del FMI, Guzmán mencionó los diálogos respecto del desarrollo del mercado de capitales local, al que se le quiere dar más “profundidad” para “elevar los niveles de ahorro en moneda nacional”, y también detalló que buscarán introducir un nuevo esquema de “políticas de competencia en el mercado”. No es la primera vez que Guzmán hace referencia a estos dos aspectos: la semana pasada, en el marco de un seminario organizado por el Peterson Institute for International Economics, indicó que estas eran dos de las cuatro políticas macroeconómicas sobre las cuales estaba trabajando el Ministerio. Las restantes dos son el frente externo y las políticas fiscales.
Guzmán destacó la importancia del proceso de reestructuración de la deuda pública y contó por qué decidieron encarar primero el proceso de negociación con los acreedores privados y luego con el FMI. “Dados los tiempos, el calendario de vencimientos, la situación económica y disponibilidad de divisas decidimos ir primero con acreedores porque sino hubiese habido un default duro”, aseguró el funcionario y remarcó: “El país no tenía la capacidad de seguir pagando a los privados todo el año y tener además un programa con el FMI”.
El frente externo y las reservas también formaron parte del diálogo. Sobre este punto, Guzmán aseguró que es necesario “ir acumulando reservas internacionales” que permitan que los actuales controles de capitales “que son defensivos, porque se corresponden con una situación de emergencia” se transformen en “unos macroprudenciales”. “El programa que presentamos en el Congreso va a tener metas de reservas internacionales”, remarcó.
El ministro de Alberto Fernández también detalló cuál es el combo con el cual planea reducir la inflación en 2021: una combinación de políticas macroeconómicas -que incluyen cuestiones fiscales, monetarias y cambiarias- y también el rol del Estado en la coordinación de expectativas. En relación a este último punto, Guzmán dijo que “se da un proceso de acción colectiva”.
“Si cada participante del mercado espera una inflación más alta, va a remarcar más alto. Nosotros, desde el punto de vista de las regulaciones de precios, buscamos esa coordinación de expectativas positivas, que van a jugar un rol importante en la búsqueda de reducir la inflación a un ritmo factible”, aseguró. Además, el ministro tuvo tiempo para hacer una crítica: las estimaciones de las consultoras privadas que participan del REM están por encima de los datos oficiales. “Ha habido por parte del mercado una expectativa inflacionaria que no se ha correspondido con la realidad”, dijo. Para 2021, la expectativa del REM es que los precios aumenten un 50%, mientras que el Presupuesto del año próximo la calcula en torno del 29%.
Sobre la cuestión fiscal, Guzmán abrió la puerta a que el déficit primario de 2020 esté por debajo del 7%. “La pandemia ha afectado y va a llevar tiempo la consolidación fiscal”, reflexionó. “Apuntábamos, cuando comenzamos en nuestro período de gobierno, a un déficit fiscal primario de entre 1 y 1,5% para este año. Y la pandemia lo elevó. Terminaremos por debajo del 7% del resultado fiscal primario”, dijo el funcionario, pero advirtió que “llegar al equilibrio fiscal va a llevar más tiempo que lo que calculábamos al inicio de la pandemia”.
En línea con lo que había dicho el secretario de Finanzas Diego Bastourre en una entrevista con Ámbito a comienzos de septiembre, Guzmán reiteró que no está planeado volver a los mercados internacionales de crédito en el corto plazo. “No esperamos endeudarnos en moneda extranjera”, dijo y advirtió: “Hay que tener mucho cuidado con eso porque implica que después hay que tener un aumento de las exportaciones lo suficientemente vibrante para poderle hacer frente” a los pagos. Frente a esa situación, sí remarcó que buscarán reducir el financiamiento monetario a una velocidad consistente con la “consolidación fiscal” y que en ese camino esperan un mayor desarrollo del mercado de capitales local.
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