El pedido fue presentado por el fiscal de Rincón de Milberg, Sebastián Fitipaldi. El femicida mató de 113 puñaladas a su novia en 1996. Hace dos semanas, fue detenido al descubrirse que pasó caminando a 150 metros del lugar de trabajo de Edgardo Aló, padre de Carolina.
El pedido fue presentado por el fiscal de Rincón de Milberg, Sebastián Fitipaldi, en el marco de la causa por la que el femicida de las 113 puñaladas volvió a ser detenido hace dos semanas días cuando se descubrió que había pasado caminando a 150 metros del lugar de trabajo de Edgardo Aló y con sus propias hijas, a quienes tampoco podía acercarse.
Fitipaldi le pidió al juez de Garantías 2 de San Isidro con jurisdicción en el distrito de Tigre, Orlando Díaz, que Tablado (44) permanezca detenido por dos hechos de “desobediencia”, delito que prevé una pena de entre 15 días y un año de prisión.
Tablado está detenido desde el 16 de este mes en la comisaría de General Pacheco, pero si el juez Díaz, que en su momento ordenó su detención, avala el pedido fiscal, todo indica que el imputado recibirá el 2021 y pasará varios meses del próximo año en una unidad penitenciaria.”Espero que a este chacal le den un año de cárcel. Creo que esto va a ser una medida que van a tener que imitar en la justicia, que va a quedar como precedente para que todos aquellos que violen las perimetrales tengan el castigo que va a tener Tablado”, dijo a Télam Aló, al enterarse del pedido del fiscal.
La causa se inició cuando Aló denunció que el 19 de octubre pasado Tablado pasó caminando junto a sus hijas mellizas por el puente Sacriste, a 150 metros de su lugar de su lugar de trabajo, la Dirección Nacional de Migraciones de Tigre.
El paso del femicida por ese sitio quedó registrado por una de las cámaras del Centro de Operaciones Tigre.
En las imágenes se ve a Tablado con barbijo, lentes oscuros, bermuda y una remera azul, cruzando el puente y caminando junto a dos niñas rumbo a la heladería “Daniel”, ubicada sobre avenida Del Libertador al 100 de Tigre.La perimetral que violó Tablado había sido dictada por la jueza de Familia 2 de Tigre, Silvia Sendra, el 6 de marzo pasado, a una semana de que el exconvicto recuperara su libertad del penal de Campana, luego de pasar casi 24 años preso.
La jueza le impuso a Tablado la prohibición de acercarse a menos de 500 metros del domicilio y del lugar laboral de Aló, aún en su ausencia.
Pero además tenía otra perimetral -la que lo obligaba a usar una tobillera electrónica- impuesta por la misma jueza de familia para que no se acerque a menos de 300 metros de su exmujer, Roxana Villarejo -con quien se casó en la cárcel en 2007, luego se separó y amenazó de muerte, hecho que le valió una segunda condena- y que también incluía a su hijas.
Por ello, cuando Tablado fue indagado, el fiscal de Violencia de Género de Tigre, Diego Callegari, le imputó no sólo la desobediencia por incumplir la perimetral con Tablado, sino también la de sus hijas.En esa indagatoria, Tablado se defendió diciendo que sólo le habían notificado los domicilios particulares de Aló y sus parientes, pero que desconocía cuál era el laboral de su exsuegro.
También dijo que tiene “una excelente relación con la madre de las nenas” y que ese 19 de octubre el encuentro con sus hijas se dio de común acuerdo con su exmujer y con la supervisión de su suegra.
Además, anunció que tiene nueva novia y que en el proceso de rehacer su vida su plan era dejar de vivir en el partido de Tigre y mudarse con ella a la ciudad cordobesa de Bell Ville.
El crimen de Carolina Aló (17), uno de los casos más resonantes de la historia criminal argentina, ocurrió el 27 de mayo de 1996 en la casa de la familia Tablado, en la calle Albarellos 348 de Tigre.
Luego de tener relaciones sexuales y discutir por celos, Tablado, por entonces de 20 años, persiguió a su novia por varios ambientes de la casa y la mató de 113 puñaladas.
En 1998, fue condenado a 24 años de prisión por “homicidio simple” pero en 2013 sumó la segunda condena por amenazar a su exmujer y su exsuegra y se le unificó una pena única de 26 años y seis meses que debía agotarse a fines de 2022.
Por el beneficio de la derogada Ley del “2×1” y los cursos que hizo en prisión como “estímulo educativo”, el cómputo de la condena se le redujo y la pena se le dio por concluida el 28 de febrero, cuando abandonó la Unidad 21 de Campana y se fue a vivir a la misma casa de Tigre donde hace 24 años cometió el femicidio de las 113 puñaladas.
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