El Instituto de Salud determinó que en los estudios de los genomas secuenciados entre noviembre y diciembre encontraron la mutación del virus conocida como “variante de Río de Janeiro”, pero no de las cepas del Reino Unido o Sudáfrica.
“De los últimos genomas que secuenciamos entre noviembre y diciembre encontramos uno en el que pudimos identificar las seis mutaciones correspondientes a la variante de Río de Janeiro”, confirmó a Télam Josefina Campos, coordinadora de la Plataforma de Genómica y Bioinformática del Anlis-Malbrán.
Y agregó: “También pudimos identificar la relación clonal, eso significa que tiene el mismo origen que la variante de Río de Janeiro”.
Campos señalo que “esta variante también se encontró en Inglaterra y en Canadá”.
“Todavía no hay estudios concluyentes que permitan afirmar que las variantes tengan algún impacto sobre la transmisibilidad, la gravedad de la infección o la eficacia de la vacuna”, destacó.
Los virus mutan todo el tiempo, lo que hay en este momento es una atención puesta en una variante del Reino Unido porque tiene muchas mutaciones juntas que podrían tener alguna implicancia en la transmisibilidad, pero tampoco es concluyente.
En referencia a la variante de Río de Janeiro específicamente, Campos explicó que “de las seis mutaciones que tiene, hay una que es en la proteína spike (espícula o espiga); en trabajos previos se había encontrado que esa variante disminuía los efectos neutralizantes de anticuerpos monoclonales y de algunos plasmas de convalecientes, pero no hay estudios específicos de la variante, lo que se hace es una asociación con trabajos anteriores”.
La bioquímica recordó que el Anlis-Malbrán realiza vigilancia activa de los genomas que circulan en Argentina desde que comenzó la pandemia e informó que “hasta el momento no se han encontrado mutaciones correspondientes a las variantes del Reino Unido y la de Sudáfrica”.
“Es importante destacar que más allá de los linajes de los virus que circulen, es clave que las personas continúen con los cuidados”, concluyó.
Por su parte, el consorcio de laboratorios del Proyecto Argentino Interinstitucional de Genómica de SARS-Cov-2 (PAIS), informó que encontró la mutación de la proteína espiga de la variante de Río de Janeiro en otras cinco muestras pero, como no hicieron la secuenciación completa aún, no pueden afirmar que se trate de la misma variante.
“Sobre un total de 144 muestras encontramos cinco muestras que tenían una mutación en la proteína espiga del coronavirus (E484K) que la comparte con la variante de Río de Janeiro y la de Sudáfrica”, confirmó a Télam Mariana Viegas, investigadora del Conicet y responsable del Proyecto PAIS.
Y continuó: “Sin embargo, no son la variante de Sudáfrica porque a su vez esta variante tiene una mutación adicional (en la posición 501 de la proteína) que estas muestras no la tienen. Entonces lo que estamos haciendo es secuenciar el genoma completo para determinar si se trata de la variante de Río de Janeiro, que estarán al término de esta semana o la que viene”.
Viegas coincidió en que, según la información que hay hasta el momento, “esta mutación no tendría ninguna implicancia en la transmisibilidad ni en la severidad de la infección“.
En tanto que consultada sobre si podría tener impacto en la eficacia de las vacunas, sostuvo que “cuando uno inmuniza con una vacuna lo que hace es generar anticuerpos policlonales o sea que reconocen varios lugares, entonces que exista una mutación no quiere decir que las vacunas no van a responder porque es una sola posición de la proteína”.
Por otra parte, la investigadora indicó que en los análisis que realizó el Proyecto PAIS “hasta el momento no hemos encontrado en ninguna muestra la variante del Reino Unido, sobre la cual hay evidencia epidemiológica que apunta a que tiene mayor transmisibilidad”.
“Independientemente de la variante, si la sociedad continúa comportándose sin cuidados, aunque no haya una variante altamente transmisible, el virus se transmite, por eso es importante sostener los cuidados”, también enfatizó Viegas.
La investigadora explicó que “secuenciar” es “leer” cada una de las letras que codifica la información genética de un virus y “nos va a decir cómo es el virus estructuralmente y cómo va a funcionar en un organismo”.
“Cada virus que logra ‘aislarse’ de la muestra de un paciente es una cepa; ahora bien, las características de esa cepa pueden ser exactamente iguales a las de otra persona. Por otra parte, esa secuencia de letras del virus tiene variaciones constantemente”, indicó.
Si bien los virus mutan constantemente, cuando esas mutaciones se presentan “en regiones implicadas en la interacción con el receptor celular (células del organismo que actúan como receptores del virus) o en el reconocimiento de anticuerpos específicos “es necesario evaluar el posible impacto de esos cambios genéticos sobre la propagación viral, la capacidad de causar enfermedad más severa o la respuesta a la vacunación”, explican en el reporte del Proyecto PAIS.
En ese contexto, hace unas semanas hay tres variantes que “han llamado la atención de la comunidad científica y de los gobiernos”: la VOC 202012/01 detectada en el Reino Unido (que se conoció informalmente como “nueva cepa”, “variante de Londres”, “variante UK”, que al 3 de enero fue reportada en 23 países incluidos Brasil, Chile, Canadá y Estados Unidos; la 501Y.V2, detectada en Sudáfrica también conocida como “variante SA” o “20C/501Y.V2 y fue reportada luego en Suiza, Reino Unido y Finlandia, y la variante de Río de Janeiro.
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