El abogado defensor adelantó su estrategia de cara al debate que se realizaría el 8 de marzo. Apuntará a que se trató de un crimen “pasional” para desligar a sus hijos del homicidio del comerciante. Replicará lo que pasó en el caso “Soria”, en Río Negro.
En la continuidad de su visita por Río Gallegos, el abogado Carlos Telleldín continúa adelantando su estrategia de cara a uno de los debates más esperados de nuestra ciudad, en la que se muestra confiado.
Se trata del caso de Vicente Maillo, el comerciante que fue encontrado muerto de tres puñaladas en el pecho y cuello el 16 de noviembre del 2017, en su habitación de Zapiola y donde Telleldín es el representante legal de tres de los procesados.
Telleldín, quien es conocido como “el rey de los sacapresos” debido a los artilugios legales que utiliza para que sus clientes sean excarcelados, está representando a la familia que está detenida acusada de planificar el hecho que terminó con la vida de Vicente: Susana Reina, la viuda, y sus hijastros Luis y José Maximiliano.
Hace un tiempo, en una de las primeras entrevistas exclusivas que Telleldín había dado a La Opinión Austral, había adelantado en off lo que sería su “as de espada” de cara al debate que, en principio, se iba a realizar en febrero del año pasado, pero por cuestiones propias de la pandemia se terminó postergando.
El as de espadas que tenía bajo la manga lleva bien su nombre: se trata de un arma blanca, pero no cualquiera: es el cuchillo que -según él- Susana Reina utilizó para asesinar a su esposo Vicente Maillo.
En las últimas horas, el abogado de la familia detenida y procesada hizo pública su estrategia y adelantó que presentará el cuchillo que Reina guardó celosamente y que nadie sabe dónde está. Ni siquiera su abogado.
La maniobra de la presentación del cuchillo buscaba generar un cimbronazo en las instalaciones donde se realizaría el debate. Telleldín intentará que el arma blanca sea peritada ya que, según él, tendría las huellas de la mujer y manchas de sangre de su marido.
La estrategia de “el rey de los sacapresos” es sencilla, hacer pasar el caso como un crimen “pasional”. Que Reina se declare culpable y poder liberar a Luis y José Maximiliano.
Por otro lado, Telleldín aseguró que sobre el último de los hijastros no hay pruebas que lo incrimenen, mientras que, contra Luis, solamente hay indicios que se desestimarán de cara al debate que se realizaría el próximo 8 de marzo.
En declaraciones a este diario, Telleldín había adelantado que -tras la última visita en la cárcel de mujeres- vio mejor a Reina en relación a la última vez que la había visto. “Está bien, subió de peso, se tiñó de negro y quiere contar la verdad”, había indicado hace unos días.
Asimismo, se pudo saber que, por estos días, el abogado se encuentra en el interior de la provincia visitando a otros clientes, pero, antes de volverse a Buenos Aires, tiene prevista una nueva reunión con Reina para ultimar los detalles de la declaración que realizará de cara al tribunal de la Cámara Oral.
Durante el debate, Telleldín apelará a presentar un caso que, según él, es igual al de la muerte de Maillo. Se trata de uno que se registró en el año nuevo del 2012 y que tuvo como víctima fatal al entonces gobernador de Río Negro.
Se trata de Carlos Soria, el hombre que durante las primeras horas del 1 de enero del 2012 fue asesinado por Susana Freydoz, quien era su esposa, tras enterarse que él le era supuestamente infiel. El crimen conmocionó a la sociedad no sólo rionegrina sino de todo el país.
Telleldín indicó a este diario que el caso “es calcado, una mujer repleta de ira que terminó con la vida de su marido después de una infidelidad”, y es la estrategia que buscará durante el debate.
Sobre el lugar del juicio todavía hay dudas, debido a la curva de contagios en Río Gallegos, por lo que se estudian dos edificios para realizarlo. Los que pican en punta son: el gimnasio de la Unidad Penitenciaria N° 2 y la Escuela de Policía, debido a los metros cuadrados con los que cuentan.
Se espera un total de treinta y cinco testigos, pero muchos de ellos podrán ser escuchados por lectura.
Fuente: La Opinión Austral
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