El policía detenido por el femicidio de Úrsula Bahillo en la ciudad bonaerense de Rojas, Matías Ezequiel Martínez, fue condenado este lunes a cuatro años de prisión efectiva por un hecho de violencia de género cometido en 2017 contra una expareja.
Este juicio se realizó el jueves pasado en los tribunales de Junín, donde la única declaración fue la de la víctima Miranda y donde el propio Martínez reconoció el hecho cuando se le leyeron los cargos.
Voceros judiciales indicaron a Télam que el veredicto y la sentencia fueron notificados de manera electrónica a las partes, por lo que hoy el policía no fue trasladado a los tribunales, como sí ocurrió el día del debate.
La propia Miranda -que incluso había tenido contactos con Úrsula antes de que fuera asesinada- contó en varios medios de comunicación la relación violenta que tuvo con Martínez hace cuatro años, lo acusó de ser un “protegido” de sus compañeros policías y recordó el día que él la golpeó y la amenazó con un arma.
Al recordar el episodio ocurrido en 2017, contó que Martínez llegó un mediodía a buscar su almuerzo y cuando se dio cuenta de que uno de los hijos de ella se había orinado en la cama, empezó a gritar y a cuestionar por qué los chicos no estaban en sus camas, a lo que ella le contestó que si no le gustaba se fuera.
Según Belén, la respuesta de Martínez fue agarrarla del cuello y tirarla contra una pared y luego contra la cama, y una vez que ella estaba en el suelo, sacó su arma reglamentaria y la amenazó con matarla o con suicidarse, mientras simulaba con la pistola.
“Fue lo peor que pasé en mi vida”, dijo Miranda hace unos días al canal C5N al recordar este episodio.
“Ojalá se pudra en la cárcel por basura y haberle cagado la vida a tantos, te vas a morir ahí adentró Matías Martínez”, escribió Belén en su cuenta de Twitter el jueves pasado al término del debate.
La joven también hizo referencia a que el crimen de Úrsula se podría haber evitado, al señalar: “Solo me queda decir que si la justicia hubiera actuado antes, nada de esto estaría pasando. Mi momento llegó y se hizo justicia, tarde pero ya está, algo que para mí se termina”.
Martínez, un policía bonaerense que estaba de licencia con carpeta psiquiátrica, está detenido en la Alcaidía Penitenciaria de Junín, acusado del delito de “femicidio agravado por alevosía y ensañamiento” por el caso de Úrsula y ahora también condenado por el de Belén.
Úrsula fue hallada el lunes 8 de febrero cerca de las 20.30 asesinada a puñaladas entre unos pastizales en un campo ubicado a la altura del paraje Guido Spano, a unos 13 kilómetros de Rojas, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, y en ese mismo lugar la policía apresó a Martínez herido.
El femicidio fue descubierto tras un alerta al 911 de un tío del imputado, quien refirió que creía que su sobrino había matado a una joven porque le confesó en un llamado que “se había mandado una cagada”.
Al llegar al lugar, la policía encontró a la chica asesinada y al hombre malherido, ya que después del crimen se clavó el arma homicida en el abdomen, adentro de su auto.
Martínez intentó escapar a pie por los pastizales, pero fue reducido y quedó detenido.
Úrsula había denunciado en varias oportunidades a su exnovio por amenazas y violencia de género e incluso el policía tenía una medida de restricción perimetral que había violado dos días antes del crimen.
En relación a la causa, el fiscal Sergio Terrón, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Junín y a cargo de la investigación, ordenó un examen psicológico a Martínez para establecer si está en condiciones de afrontar un futuro juicio oral, y pidió una prórroga de 15 días para pedir su prisión preventiva.
Además, entre las últimas pruebas incorporadas al expediente se encuentra una carta escrita por el policía Martínez encontrada en la billetera de Úrsula junto a copias de las denuncias realizadas por la joven.
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