Bajo la carátula de “homicidio agravado, consumado con alevosía y con el concurso premeditado de dos o más personas”, la Justicia condenó al clan Maillo a prisión perpetua por considerarlos coautores del crimen del comerciante de Río Gallegos. En tanto, el sicario Christian Etchabarne, contratado por la familia para cometer el crimen fue condenado con la misma pena por ser considerado autor del asesinato. Todos mantendrán su condición de detenidos.
Finalmente hoy, en horas del mediodía, se conoció la sentencia para los imputados por el crimen de Vicente Maillo, el comerciante riogalleguense asesinado en 2017.
Luego de intensas audiencias celebradas en el salón de usos múltiples de la Escuela de Policía, los jueces de la Cámara Oral dieron su veredicto.
Bajo la carátula de “homicidio agravado, consumado con alevosía y con el concurso premeditado de dos o más personas”, la Justicia condenó al clan Maillo a prisión perpetua por considerarlos coautores del crimen del comerciante de Río Gallegos.
En la lectura de condenas, Susana Reina, José Maximiliano y Luis Gabriel Maillo fueron castigados con la pena de prisión perpetua por ser consideraos coautores “penalmente responsable por homicidio agravado por el vinculo, concurso premeditado”.
En tanto, el sicario Christian Etchabarne, contratado por la familia para cometer el crimen fue condenado con la misma pena por ser considerado autor del asesinato. Todos mantendrán su condición de detenidos.
El fiscal Iván Saldivia había pedido prisión perpetua para “el clan”, integrado por la viuda Susana Reina y sus hijos, Luis y José Maximiliano. También había solicitado la misma pena para el presunto sicario que la familia contrató para acabar con la vida de Vicente, Christian Etchabarne.
La Fiscalía consideró que el clan ideó el plan par asesinar a Vicente y lo llevó a cabo con la contratación -a través de una compensación económica- del presunto sicario. En su alegato de la semana pasada, sostuvo que lo hicieron con “premeditación y alevosía”.
Por su parte, la defensa del clan representada por el abogado Carlos Telleldín, había vuelto a instalar como móvil la hipótesis de la violencia de género que supuestamente ejercía el comerciante sobre Reina.
La estrategia del penalista era intentar que sólo la viuda fuera condenada por el crimen y así lograr que los hijos sean liberados. Durante el juicio, Reina admitió haber matado a Vicente.
Al comerciante lo mataron estando acostado. No se defendió, las primeras dos puñaladas afectaron su corazón y sólo tuvo un minuto de sobrevida.
Según una pericia que consta en el expediente, se estableció que el asesino de Vicente lo hizo estando parado, al lado izquierdo de la cama, con un cuchillo con filo de un solo lado, apuntando el mismo hacia el homicida. Esto difiere al relato de la imputada, quien sostuvo haberlo atacado arrodillada y con un cuchillo de doble filo.
Fuente: La Opinión Austral
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