Los médicos de terapia intensiva de Alemania solicitaron a las autoridades del país un cierre total de 15 días, como medida para contener la nueva ola de coronavirus y aliviar la situación en los hospitales.
El jefe de la Asociación Interdisciplinaria de Medicina de Cuidados Intensivos y Emergencia, Christian Karagiannidis, recomendó una mezcla de “confinamiento duro, vacunas y pruebas” para intentar aliviar la presión de las unidades, y pidió a los políticos que se olviden de cualquier medida de reapertura a corto plazo.
El pedido llega horas después de que las autoridades confirmaran en su último reporte diario -publicado ayer- más de 20.400 casos de coronavirus y cerca de 157 fallecidos, lo que lleva los totales a 2,7 millones y 75.780, respectivamente.
El Instituto Robert Koch, el ente gubernamental encargado del control de enfermedades infecciosas, informó además que la tasa de incidencia acumulada durante los últimos siete días es de 124,9 casos por cada 100.000 habitantes a siete días, por encima de los 119,1 del día anterior.
Además, precisó que hay más de 100.000 casos activos, según recogió la agencia de noticias Europa Press.
La confusión sobre la estrategia de contención del coronavirus del Gobierno central en Berlín sembró la discordia entre los ministros principales de los 16 estados federales de Alemania, algunos de los cuales se niegan a aceptar un plan para volver a un bloqueo más duro en áreas donde la tasa de infección sigue siendo comparativamente baja.
Sin embargo, una encuesta reciente reveló que una mayoría de alemanes están a favor de endurecer las medidas en lugar de aflojarlas.
Según un sondeo de la emisora ZDF, el 36 % quiere endurecer las medidas mientras que el 31 % pretende mantener las restricciones actuales.
Solo una cuarta parte de los encuestados se declaró a favor de una relajación de las medidas.
Las autoridades alemanas habían pactado que, entre el 1 y el 5 de abril, se endureciesen aún más las actuales restricciones que rigen en principio hasta el 18 de abril.
Sin embargo, al día siguiente de anunciarlo la canciller Angela Merkel dio marcha atrás ante las críticas recibidas en las últimas horas por la falta de claridad y las consecuencias del plan.
“Un error debe llamarse error y, sobre todo, debe corregirse y, si es posible, a tiempo. Sé que esta propuesta causó una incertidumbre adicional, lo lamento profundamente y por ello pido el perdón de todos los ciudadanos”, dijo la canciller en un discurso.
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