Entre la primera brazada y la última, existió un recorrido ejemplar,
lleno de valores, recuerdos, generosidad, esfuerzo, ilusión, angustia y
mucha emoción. Julio Gaitán, Héctor Guittard, Pablo Pera y Alejandro
Amuchástegui, que no pudo completar el recorrido, pero fue fundamental
en la preparación física y psicológica para que se pudiera cumplir
esta hazaña única de recorrer el gélido Río Santa Cruz de principio
a fin, con una causa tan profunda en el sentir Nacional como lo es el
homenaje a los 44 héroes del submarino ARA San Juan, que descansa en
las profundas aguas de nuestro mar argentino y que permanecerán y
vivirán en el recuerdo de todos.
“Nunca se hizo, la naturaleza nos mostró sus fuerzas, fue muy duro
parar a mitad de camino; formidable la solidaridad de la gente que no
conocemos, mensajes en redes sociales. Tuvimos que frenar a mitad de la
travesía por la tragedia del Lago Cardiel y un mes después pudimos
juntar fuerzas y retomar. fue muy duro las primeras jornadas, nos pegó
bastante duro también no contar en el tramo final con nuestro referente
del agua, Alejandro Amuchástegui, pero fue fundamental para que
pudiéramos lograrlo, nos entrenó, nos alentó, nos habló y nos dio la
confianza necesaria para que pudiéramos llegar a cumplir el objetivo.
Fue clave lo que hizo Alejandro para realizar esta travesía”,
destacó Pera. Por su parte, Amuchástegui calificó a sus compañeros
por esta travesía como algo “fantástico lo que hicieron, por la
dureza del evento, porque tuvimos en el medio de la pandemia y no
pudimos nadar todo lo que hubiésemos querido, realmente es algo muy
bueno lo que pudieron hacer. Habla más de una fortaleza mental, más
allá de la fortaleza física, que se pudo trabajar hasta ahí nomás.
Fue mucho garra y corazón”.
“Muchas personas fueron claves para que pudiéramos llegar al final,
en el acompañamiento, la logística, los cuidados, el Ministerio de
Desarrollo Social, a través de la Secretaría de Estado de Deportes y
Recreación, a cada una de las Estancias donde debíamos parar, a
nuestro Club Hispano Americano, por siempre estar para lo que
necesitáramos, al apoyo de Jorge Fenoglio, representando al club Pumas,
que nos guiaba para donde teníamos que ir, mucha gene que sin todos
ellos no lo podríamos haber logrado”, señaló con un hilo de voz
Pablo Pera, testimonio de la proeza que hacía horas acababa de
finalizar, pero orgulloso de haberlo hecho.
El 27 de febrero, los nadadores master del Hispano Americano iniciaron
la travesía de casi 400 km, comenzaba así el cuarto homenaje a los
tripulantes del submarino. Los cuatro nadadores partieron desde la
naciente del Río Santa Cruz y recorrieron casi 100 kilómetros hasta la
zona de Estancia Fortaleza. En la segunda jornada, hicieron otro tramo
similar hasta la Estancia Santa Lucía, allí, tuvieron que suspender la
travesía por la tragedia en el Lago Cardiel.
El tiempo y el estímulo de completar el homenaje los llevó nuevamente
a las heladas aguas del hermoso Río Santa Cruz para completar lo que
fueron a buscar: rendir homenaje a los 44 submarinistas, y la fecha de
culminación tuvo la emotiva coincidencia del 2 de abril, día que se
recuerda a los veteranos y Héroes de Malvinas, “Se juntan todas las
sensaciones”, había dicho Julio Gaitán, otro de los protagonistas de
este acontecimiento histórico “Fue algo muy lindo, que disfrutamos
con nuestros compañeros de poder hacer esta travesía y haberla podido
cumplir con todas las cosas y circunstancias que tuvimos en el camino.
Contentos de poder homenajear a los tripulantes del ARA San Juan y a
nuestros compañeros de natación en cada una de las etapas Primera:
Juan Pablo Ríquez, Segunda: Darío Chacano, Tercera: Gustavo Moine,
Cuarta: Wilson Parada. Y gracias a Dios el mensaje llegó a donde tenía
que llegar, que eso es lo más importante, recibir los afectos de las
familias de los tripulantes, uno rescata este tipo de cosas”
Seis horas por día, sesenta kilómetros por jornada en las frías aguas
del Río Santa Cruz, con el respaldo y el aliento de todos los presentes
y el empuje desde lo más profundo del agua y de los más alto de los
cielos para que cada una de las brazadas tuvieran fortaleza y el
objetivo de no claudicar.
“Es una sensación increíble, orgullo tremendo de poder haber sido
parte de éste equipo, sobre todo de haber llegado todos sanos y salvo,
sin ningún problema. Costó, es bravo el Río Santa Cruz. Nos llevamos
millones de anécdotas en esta aventura”, señaló Héctor “Colo”
Guittard, después de tanto esfuerzo quedarse con la satisfacción
desbordante en su pecho de la tarea cumplida.
Desde su naciente en la zona de Charles Fhur hasta llegar al mar frente
a las costas de Puerto Santa Cruz es la extensión de casi 400km del
Río Santa Cruz, nadie lo había nadado hasta que se zambulleron en esta
cruzada Julio Gaitán, Héctor “Colo” Guittard, Alejandro
Amuchástegui y Pablo Pera, para entrar en la historia, como aquellos 44
tripulantes del ARA San Juan. Éste reconocimiento y homenaje es una
satisfacción y orgullo para quienes lograron éste desafío, pero
principalmente es una enorme caricia para aquellos corazones heridos
ante la pérdida irreparable de sus familiares pero que estos gestos de
personas como los que cumplieron esta travesía a nado le inyectan un
poco de luz y acariciaron sus almas. Una proeza enorme, un
reconocimiento inédito para nuestros héroes de la Patria.
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