El Gobierno estadounidense retuvo en marzo en la frontera con México a casi 19.000 chicos migrantes que viajaban solos, informaron hoy autoridades, la mayor cifra mensual jamás registrada y un desafío para el presidente Joe Biden y su decisión de revertir las políticas inmigratorias ultrarestrictivas de su predecesor Donald Trump.
El incremento, que también se extiende a migrantes adultos, se atribuye a varios factores relativos tanto a Estados Unidos como a México y a los países de Centroamérica de los cuales provienen los inmigrantes irregulares, que cruzan todo el territorio mexicano en un peligroso intento de llegar a suelo estadounidense.
Entre los factores propiamente estadounidenses, destaca la decisión de Biden de eximir a los niños no acompañados de medidas adoptadas a raíz de la pandemia de coronavirus en virtud de las cuales se expulsa inmediatamente a todas aquellas personas que llegan al país de manera irregular por la frontera sur, sin darles la oportunidad de pedir asilo.
Los chicos, por el contrario, son entregados a “tutores” en Estados Unidos, por lo general progenitores o parientes cercanos, mientras se estudian sus pedidos de asilo en las desbordadas cortes dedicadas a los temas inmigratorios.
La Patrulla Fronteriza “encontró” a 18.663 chicos no acompañados en la frontera con México el mes pasado, muy por encima de los récords previos de 11.475 de mayo de 2019 y de 10.620 de junio de 2014, según informó la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP).
El organismo de control fronterizo empezó a publicar esas cifras en 2009. Antes de ese año, la vasta mayoría de los migrantes que cruzaban la frontera sur eran adultos.
La cifra de marzo fue aproximadamente el doble que la de febrero y cinco veces mayor que la de marzo de 2020.
El enorme aumento de la cantidad de chicos que viajan solos, algunos de ellos de apenas 3 años, ha provocado una gran sobrecarga en los centros de acogida de migrantes ubicados en el sur de Estados Unidos, donde a veces pasan más tiempo que los tres días como máximo que se supone deben estar allí.
La CBP dijo también que, en total, sumando niños y adultos, la Patrulla Fronteriza detuvo en marzo a 168.195 migrantes en la frontera con México, la mayor cifra desde marzo de 2001, cuando se contabilizaron 170.580 detenciones, informó la cadena CNN.
Sin embargo, las cifras no son del todo comparables, porque más de la mitad de los detenidos el mes pasado fueron expulsados en virtud de reglas adoptadas por Trump con motivo del coronavirus y que Biden dejó en pie.
“Esto no es algo nuevo”, afirmó Troy Miller, comisario interino de la CBP.
El Gobierno de Biden enfrenta crecientes presiones para gestionar la situación en la frontera y albergar a los menores no acompañados.
Ayer, la vicepresidenta Kamala Harris -encargada de trabajar con México, Guatemala, El Salvador y Honduras para abordar las causas fundamentales de la afluencia de migrantes a EEUU- habló con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
El mandatario mexicano afirmó que “existe disposición” de parte de su país para sumar voluntades en el combate al tráfico de personas y protección de los derechos humanos.
Sin embargo, López Obrador ha insistido que la migración irregular sólo va a detenerse cuando se atiendan las causas que la propician.
La mayor parte de los migrantes detenidos el mes pasado eran mexicanos, casi todos ellos adultos mayores. Le siguieron en número los migrantes procedentes de Honduras y luego los de Guatemala, y más de la mitad de las personas de esos dos países eran de familias enteras o chicos no acompañados, según la CBP.
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