La Agencia Espacial Europea (ESA) seleccionó la sonda EnVision para una misión hacia Venus programada a partir de 2030, con el fin de comprender cómo ese planeta se convirtió en un infierno tóxico inhabitable.
La decisión se produce una semana después de que la NASA anunciara dos nuevas misiones a Venus, Davinci+ y Veritas, entre 2028 y 2030.
La sonda EnVision, que compitió con otro proyecto bautizado Theseus, fue finalmente seleccionada por el comité del programa científico de la ESA por su tecnología “revolucionaria”, explicó la agencia (22 Estados miembros) en un comunicado.
El orbitador embarcará una serie de instrumentos europeos que ofrecerán “una vista global del planeta, desde su núcleo interno hasta su alta atmósfera, con el fin de determinar cómo y por qué Venus y la Tierra evolucionaron de forma tan diferente”.
Aunque Venus tiene más o menos el mismo tamaño y composición que la Tierra, experimentó un cambio climático espectacular, evolucionando “en una atmósfera tóxica y envuelta en densas nubes ricas en ácido sulfúrico”, explicó la ESA.
La oportunidad más cercana de lanzamiento de EnVision es 2031, y otras opciones son posibles en 2032 y 2033.
Después de su despegue, EnVision tardará unos 15 meses en llegar a su destino y otros 16 meses en situarse en su órbita elíptica definitiva, que oscilará entre 220 y 540 km del planeta, según precisó la agencia de noticias AFP.
Los espectrómetros de a bordo controlarán los gases de la atmósfera y analizarán la composición de la superficie “buscando cualquier cambio relacionado con signos de vulcanismo activo”, mientras un radar suministrado por la NASA enviará imágenes y mapas de la superficie.
Por otro lado, un instrumento permitirá además sondear la estructura interna del planeta y su campo de gravedad.
La anterior misión de la ESA, Venus Express (2005-2014), se centró principalmente en la investigación atmosférica.
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